Sin Filtros: Viviendo Como Verdaderos Hijos De DiosMuestra

El objetivo de los filtros, es, básicamente, cambiar la percepción del otro sobre uno mismo. Queremos que los demás nos vean más hermosos, más jóvenes, más delgados, más aceptables. Deseamos agradar, por encima de todo. Y esto es un peligro, especialmente para los cristianos.

Una persona que no ha conocido a Jesús, es evidente que tiene una necesidad de ser amado y aceptado, aunque busca en lugares equivocados hasta que alguien le presenta al Señor. Pero un creyente, ese que ha experimentado la gracia sobrecogedora de Cristo y el amor eterno e inmerecido que limpia los pecados, no puede obtener satisfacción ni plenitud genuina fuera de Él, porque ha visto la Verdad, porque ha conocido al que es la plenitud misma.

Por eso, hoy somos tentados de las formas más aparentemente inocentes, por la corriente de la cultura, de la digitalización, y con mucha facilidad somos atrapados, si no cuidamos y guardamos nuestro corazón de estas cosas. Porque si las mentiras de Satanás nos prometieran la verdad, o la llenura, sabríamos que están mintiendo, así que debe camuflarlas bien.

Cuanto más tiempo pasamos en redes sociales, más anhelamos ser aceptados por los demás. Cuantos más filtros usamos en las fotos, más despreciamos nuestro verdadero cuerpo. Cuanto más opinamos sobre lo que hacen, dicen o cómo visten estos y aquellos, menos capaces somos de amar al prójimo (como Jesús lo ordena). Y así, somos engañados para dejar de ser y de parecer aquello a lo que fuimos llamados: hijos de Dios.