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Sin Filtros: Viviendo Como Verdaderos Hijos De Dios

DÍA 5 DE 10

Los seres humanos tenemos 5 sentidos con los que fuimos creados para percibir el mundo. Así nos creó Dios para poder interactuar con el entorno, con la naturaleza, los animales, y con las otras personas.

Sin embargo, los sentidos, a veces, nos engañan, y creemos que vemos algo que no es real, o escuchamos un sonido que confundimos con otra cosa, o podemos creer que un alimento nos gusta, aunque en realidad lo que nos gusta es el azúcar que lleva, y al probarlo con su sabor natural, nos sabe extraño en el paladar.

Cuando el apóstol Juan escribe este consejo: «no améis al mundo», no podía imaginar la cantidad de tentaciones que viviríamos en este siglo. Ya entonces, la idolatría a cientos de cosas se había extendido y afectaba a la primera Iglesia, y hoy solo vivimos una actualización de los placeres de entonces. Satanás es astuto, y sabe bien que para hacernos caer requiere de cosas que nos sean agradables. Pero el alma humana es difícil de engañar, porque fuimos creados para Dios, así que pone a disposición tentaciones para nuestros sentidos, que fueron creados para el mundo, para relacionarnos con lo externo.

Sin embargo, si miramos a las personas que aman el mundo, que tienen éxito según el mundo, que obtuvieron fama, dinero, contactos, y miramos en lo profundo de su alma, descubriremos un gran vacío, un profundo sentimiento de soledad, que tratan de aplacar con placeres pasajeros.

Fuimos creados por Él y fuimos creados para Él, y nada que provenga de este mundo nos llenará. Eso no significa que toda experiencia humana sea mala, Juan está hablando de los deseos pecaminosos, los que nos apartan de la voluntad del Padre, que embotan nuestros sentidos y nos desvían de nuestro propósito.

Acerca de este Plan

Sin Filtros: Viviendo Como Verdaderos Hijos De Dios

Este devocional es un recorrido por la primera carta de Juan, un llamado a vivir como hijos de Dios, en conducta, en fe, en convicción. A no dejarse engañar por las apariencias, a no enamorarse de lo que ofrece el mundo, que es pasajero y no sacia. A experimentar y permanecer en el amor verdadero, transparente, genuino, que es Dios mismo.

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Nos gustaría agradecer a Facultad de Teología Asambleas de Dios de España por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: www.cstad.edu.es