Esperanza en la oscuridadMuestra

Confianza

La mejor prueba de amor es la confianza.

—Hermanos Joyce

Habacuc nos ofrece un modelo asombroso de una respuesta sana y equilibrada a lo que tenía que ser la peor noticia que podría haber recibido de Dios. Incluso cuando su cuerpo reaccionó, se dio cuenta de que tenía la opción de elegir lo que iba a creer. Podía confiar en sus emociones. Podía confiar en su visión actual de la situación. O podría confiar en que Dios de alguna manera podría sacar algo bueno de un escenario inconcebible: que los babilonios invadieran su tierra.

En tu vida, puedes sentir como si los babilonios ya hubieran devastado el paisaje de tu corazón. Es posible que estés lamentando pérdidas que ocurrieron hace años. Pero incluso en medio de todo ese dolor, si puedes elegir confiar en Dios a pesar de todo tipo de evidencia en contrario, entonces alcanzarás un nuevo nivel de intimidad con él. Sabrás su presencia en medio de tu dolor. Confiarás en su carácter cuando no comprendas tus circunstancias. Entonces, pase lo que pase, no importa cuán dolorosamente te traspasen el corazón, podrás seguir dando un paso más durante un día más.

Al igual que con Habacuc, tu oración se vuelve honesta acerca de lo que has perdido o perderás, incluso cuando te das cuenta de que todavía tienes a Dios.

“Aunque mi cónyuge dijo hasta que la muerte nos separe y no cumplió su palabra, todavía me regocijaré en el Señor mi Dios”.

“Aunque crié a mis hijos para que supieran mejor y ellos están tomando decisiones muy aterradoras en este momento, confiaré en el Señor mi Dios”.

“Aunque hayamos orado para que la salud de alguien mejore y haya empeorado, confiaré en el Señor mi Dios”.

“Aunque nuestra casa no se venda y estemos en riesgo, todavía confiaré en el Señor mi Dios”.

“Aunque las finanzas son difíciles y me va a costar cuatrocientos dólares reparar mi auto, confiaré en el Señor mi Dios”.

“Aunque no me guste, aunque no lo entienda, aunque sé que él podría y debería, pero no es así, confiaré en el Señor mi Dios”.

Ora: Aunque… confiaré en ti. Tú eres mi Dios.