Cuidándonos De Los Estereotipos Sample

El riesgo En Su encuentro con la mujer samaritana, Jesús no sólo toma la iniciativa de acercarse a ésta rompiendo las barreras sociales, culturales y religiosas, sino que fue más allá enfocándose en toda su necesidad, mostrándole verdadero interés, y posteriormente ofreciéndole el agua espiritual que saciara toda su sed. Esta acción de Jesús en vez de alegrar a los discípulos provocó una reacción contraria en ellos. Vemos, sin embargo, que Él no se dejó intimidar. Esto nos revela una gran lección acerca de todo lo que debemos estar dispuestos a dejar a un lado y hasta arriesgar para alcanzar a la gente con el evangelio. El resultado no sólo fue que la mujer creyó, sino que muchos en su pueblo escucharon y testificaron que Jesús es el Salvador. Jesús se sobrepuso a todo prejuicio de Su pueblo y arriesgó Su reputación porque tenía clara Su prioridad. La pasión consumidora de Jesús era salvar a los perdidos. Esto se puede ver también en Su encuentro con Zaqueo. El interés que el Maestro demostró por Zaqueo, un pecador recaudador de impuestos, jefe de los publicanos, foco de rechazo de todo el pueblo, y sobre todo de los religiosos de la época, fue tal que entró y posó en su casa. A pesar de la murmuración de todos los que fueron testigos de la acción de Jesús, el amor que Él le demostró a Zaqueo produjo la transformación de una vida. Con este ejemplo Jesús derribó toda predisposición de estereotipo religioso social y económico. Este ejemplo debe impulsarnos a llevar el evangelio a aquéllos a los cuales nuestras sociedades han tildado como los «indeseables». Cuando hagamos esto, reaccionaremos sorprendidos al ver las grandes obras de arrepentimiento y transformación que el Señor es capaz de hacer en las vidas.