Sin Proceso No Hay PropósitoSample

El proceso de Dios – Día 2

Cumplir el propósito de Dios no es algo inmediato: requiere un proceso. Ese proceso es el camino en el que Dios moldea tu carácter, fortalece tu fe y te prepara para lo que está por venir.

La Biblia está llena de ejemplos:

• José pasó de esclavo a gobernador, pero antes aprendió a administrar en la casa de Potifar.
• Moisés vivió 40 años en el desierto antes de guiar al pueblo por ese mismo lugar.
• David fue pastor y se enfrentó a osos y leones antes de derrotar a Goliat y llegar al trono.

Todos ellos tenían un propósito, pero tuvieron que pasar por un proceso. Y ese proceso no fue tiempo perdido: fue la manera en la que Dios los formó para su tarea.

“Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo.”
(Romanos 8:29, RV1960)

El propósito de Dios no tiene tanto que ver con lo que vas a hacer, sino con en quién te vas a convertir: cada prueba te hace más parecido a Cristo.

En la vida diaria, es como en la escuela: nadie empieza la universidad sin pasar antes por la primaria. Cada etapa forma parte del proceso de madurez.

Habla con Dios y abre tu corazón:

Padre, aunque a veces me cueste entender los procesos que vivo, confío en que estás obrando en mí. Quiero dejarme moldear, crecer en carácter y ser más parecido a Jesús. Amén.

Piensa en esto:
• ¿Qué procesos difíciles estás viviendo hoy?
• ¿Cómo podrías verlos como parte del entrenamiento de Dios para tu vida?

Próximamente en el día 3: Dios te equipa para tu propósito
Mañana veremos que Dios nunca nos envía a una misión sin habernos dado antes lo necesario para cumplirla.