Extraordinariamente OrdinarioSample

Hoy en día es fácil ser aceptado como “cristiano”. Puedes creer en Dios, ir a la iglesia un par de veces a la semana y aún así vivir igual que todos los demás. Sin incomodar a nadie. Sin que nadie note una diferencia.

Pero el discipulado real no se trata de agregar un par de actividades espirituales a una vida común. Se trata de vivir intencionalmente, de manera que nuestras decisiones, reacciones y pensamientos reflejen a Cristo.

A veces deseamos una lista clara de qué hacer y qué evitar. Sería más fácil si la Biblia dijera exactamente con quién salir, a qué hora no responder mensajes o qué palabras evitar. Pero Dios no busca robots obedeciendo reglas; busca corazones transformados que eligen obedecer porque aman.

Mientras más tiempo pasas con Jesús, más te pareces a Él. Comienzas a responder diferente. Tu carácter cambia. Y esa es la evidencia más poderosa de un discípulo verdadero: alguien cuya vida se vuelve adoración, no solo los domingos, sino cada día.

Oración:
Señor, enséñame a vivir de manera que todo lo que hago te honre. No quiero seguirte solo por costumbre, sino por convicción. Transforma mi corazón para que mi vida sea una adoración constante a ti. Amén.

Aplicación práctica:
Haz una pausa hoy y examina tus decisiones más cotidianas: ¿Reflejan a Cristo o simplemente te hacen encajar? Sé intencional con al menos una acción que muestre a Jesús en tu entorno.