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VISUM: El Camino a EmaúsSample

VISUM: El Camino a Emaús

DAY 6 OF 8

Fe en la incertidumbre

Has llegado al altar. Aquí no se ofrecen corderos, ni incienso, aquí se ofrece el corazón. Cuando pensamos en Abraham, lo vemos como el padre de la fe, el amigo de Dios, el que recibió las promesas. Pero lo que hizo especial a Abraham fue lo que estuvo dispuesto a entregar.

Dios le pidió algo inconcebible: Entregar a su único hijo, Isaac. Lo que más amaba, lo que representaba su futuro, su promesa, su alegría. No fue nada fácil, de hecho fue un camino largo e incierto. ¿Te imaginas dar un paso tras otro hacia algo que no puedes comprender? Pero Abraham no se aferró, no puso excusas, no discutió con Dios.

Dios quiere que sepas que nada en este mundo puede llenar el corazón, solo Él lo puede satisfacer. Todos tenemos un “Isaac”, algo o alguien que, sin darnos cuenta, ha tomado el centro de nuestro corazón.

Y tú, ¿qué es eso que más amas? ¿Qué es eso que no podrías imaginar perder? ¿Es tu seguridad? ¿Tu independencia? ¿Tu familia, tus planes, tu futuro? Muchas veces eso se vuelve un obstáculo para conocer verdaderamente a Dios. Porque no puedes rendirte por completo si tienes algo o alguien a lo que estás aferrado.

Dios no quiere verte sufrir, Él no busca hacerte daño, pero sí quiere ver tu corazón en el lugar correcto. Quiere que lo escuches, aunque no entiendas todo, quiere que confíes, aunque tengas dudas. Quiere que le entregues lo que más valoras. Este altar representa una oportunidad para ti de dejar lo que amas: un lugar donde dejamos lo que no queremos soltar. Donde rendimos no solo nuestros errores, sino también nuestros tesoros. Tal vez sea una persona, tal vez un sueño, tal vez una herida que no quieres soltar, pero hoy entrégaselo a Dios.

Así como Dios proveyó un cordero en lugar de Isaac, así también proveyó a Jesús para ti. Todo está pagado, solo falta tu corazón.

Lo que hiciste hoy no fue simplemente decirle a Dios palabras, aquí le estás diciendo a Dios que tome tu corazón. Abraham regresó del altar transformado, no solo por lo que entregó, mas bien por lo que recibió: un corazón alineado con Dios.

Dios no quiere nada de lo que tú puedas ofrecerle, Él te quiere a ti y cuando Él te tiene a ti, todo lo demás encuentra su lugar.

“Dame, hijo mío, tu corazón y miren tus ojos por mis caminos” (Proverbios 23:26 RVR1960).

ORACIÓN:
Cierra tus ojos y confiésale a Dios todo lo que hay en tu vida por encima de Él.
Señor Jesús, no tengo palabras para agradecer que tu fuiste el cordero ofrecido en sacrificio por mí. Te pido perdón de mis faltas, me arrepiento. En la cruz dejaste la forma de limpiarme, quiero ser una persona nueva, límpiame, cámbiame. Acepto que a partir de hoy, eres mi Salvador. No quiero que haya nada antes que tú en mí corazón. Te entrego mí vida. Te lo pido en el nombre de Cristo Jesús, amén.

Cleofas no quería separarse de la fuente de aliento que había sido caminar junto a este hombre que confrontaba sus dudas. Dios fue apaciguando su desánimo, así como Abraham fue entendiendo quién era Dios a pesar de la incertidumbre que vivía, así también Cleofas estando sentado a la mesa descubrió que Jesús era Dios, fiel y amoroso, que estaba a punto de revelarse para Él.

Cuando hacemos la entrega, Dios restaura el corazón.

About this Plan

VISUM: El Camino a Emaús

Un plan de lectura inspirado en el relato del Camino a Emaús que revela cómo, entre dudas, desánimo y falsas ideas, Jesús camina con nosotros. Todo apunta a Él: un Dios que busca, escucha, perdona y restaura. Al reconocerlo en lo cotidiano y abrir el corazón, la fe se enciende a través de Su Palabra y la vida encuentra propósito para alentar a otros en el camino.

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