YouVersion Logo
Search Icon

Rasgado: Confiar en Dios cuando permite que otros te lastimenSample

Rasgado: Confiar en Dios cuando permite que otros te lastimen

DAY 17 OF 30

Como sabemos, además de la bendición y la prosperidad de Dios, José era apuesto y de buen parecer, lo que llamó la atención de la esposa de Potifar, que era más persistente que los estafadores telefónicos. Día tras día le insistía a José que se acostara con ella, pero él se negaba, lo que obviamente no le sentó bien a la mujer. Era hora de ser más agresiva y activar el plan B.

“Cuando ninguno de los otros sirvientes estaba dentro de la casa y ella estaba a solas con José, "...ella lo asió por su ropa, diciendo: Duerme conmigo. Entonces él dejó su ropa en las manos de ella, y huyó y salió" (Génesis 39:12 RVR1960).

Despojado (otra vez)

Me impactó encontrar a José despojado por segunda vez. Excepto que en este caso, lo hizo voluntariamente. Él se despojó a sí mismo para honrar a Dios y hacer lo correcto.

Una vez más, parcialmente desnudo.

Sin ropa, sin cobertura.

Atrapado una vez más en el torbellino de las acciones de otra persona, se ve obligado a renunciar a su ropa de esclavo. No era una túnica de colores, pero al menos tenía algo que ponerse. Seguramente, Dios lo libraría y la verdad estaría a su favor, ¿verdad? No exactamente.

¡La esposa de Potifar estaba furiosa! Despreciada y humillada, se vengó por su insoportable rechazo. Mintió sobre lo que sucedió y acusó a José de intentar violarla. Y así, sin un juicio o una investigación del asunto, lo enviaron a la cárcel.

Degradado de esclavo a prisionero.

¿No se suponía que Dios lo defendería si había hecho lo correcto? ¿Ahora qué?

De hijo favorito —— a esclavo ——— a prisionero

De túnica de colores —— a manta ——— a uniforme de prisión

Puede que hayas estado en una situación similar. Hiciste lo correcto, pero aun así saliste perdiendo. Hiciste lo correcto para tu empresa y, sin embargo, perdiste el trabajo. Tal vez te demandaron por algo que no hiciste y fuiste declarado culpable. O tal vez ayudaste a alguien y se aprovecharon de la oportunidad para robarte. Elegiste correctamente, pero aun así obtuviste la respuesta incorrecta.

¿Cómo reaccionamos cuando las cosas empeoran, incluso cuando hacemos lo correcto? ¿Cuándo va a responder Dios? ¿Va a ayudarnos o simplemente tendremos que aceptar más desgarre y dolor?

Es más difícil mantener la fe cuanto más tiempo esperamos un cambio que nunca llega. José tuvo que acostumbrarse a más ajustes, aunque parece que no fue reubicado lejos, ya que la prisión estaba en la casa de Potifar, que era el capitán de la guardia.

Sin un abogado que defendiera su caso y sin nadie que lo visitara (si permitían visitas), está completamente solo en un país extranjero, arrojado una vez más a un pozo donde muchos hombres fuertes se rendirían y desearían morir. A pesar de ser inocente (lo que Potifar probablemente sabía pero no admitiría), José fue despojado de su libertad y, según cualquier entendimiento humano, de cualquier expectativa de un futuro brillante y positivo. Si sus posibilidades de casarse y tener una familia como esclavo eran escasas, aquí eran absolutamente imposibles.

La determinación de José soportó los días más difíciles. Estaba decidido a honrar a Dios y caminar con rectitud, confiando y esperando un milagro. Esas decisiones y el favor y la presencia de Dios en su vida fueron tan evidentes que se le confió la tarea de administrar a los prisioneros y todo lo que se hacía en la prisión.

Las demoras, ya sean por la espera o por el despojo voluntario que nos lleva a desvíos inesperados en el camino hacia el destino que Dios tiene para nosotros, pueden causar confusión. Si te has hospedado en estas residencias temporales, puedes entender la naturaleza contradictoria de las emociones que se producen. Algunos días pueden ser tan oscuros y desesperanzadores como un calabozo egipcio, mientras que el siguiente puede estar lleno de la expectativa de lo que Dios podría hacer con nuestra historia para traer gloria a Sí mismo en un abrir y cerrar de ojos.

Oramos por ese día, lo anhelamos... y para aquellos que elegimos confiar en Dios a pesar de la desilusión de la espera de lo que demora, lo anticipamos. En estas demoras y desvíos, las misericordias de Dios (como darle a José favor y una posición con propósito) llenan de gratitud un corazón adolorido que ha perdido sus sueños. La vida de José es prueba de que puedes ser bendecido en la tierra de tu sufrimiento.

Sobreviviendo las demoras

Al comparar las similitudes entre el viaje de José y el mío, descubrí cómo Dios quería que yo enfrentara el mientras tanto, la espera, las demoras. Mientras espero que redima el sufrimiento en algo bueno en mi vida, como promete a los que le aman (Romanos 8), no estoy destinada a desconectarme del proceso y sentarme en un rincón oscuro a lamentarme. ¿He hecho eso? ¡Absolutamente! Soy una experta en fiestas de autocompasión, pero el Espíritu me recuerda amablemente que mi hogar no está en el desierto o en la cueva.

Enfocarnos en el presente con expectativa hacia el futuro nos libera del poder que el pasado quiere ejercer sobre nosotros. Enfocarnos en el dolor y revivir el quebrantamiento una y otra vez, nos lleva rápidamente de vuelta al pozo, y los pozos pueden convertirse en refugios si permaneces en ellos demasiado tiempo.

El favor de Dios, incluso si parece pequeño (José era un prisionero favorecido, pero un prisionero al fin y al cabo), es evidencia de que todavía está obrando. Sus promesas son anclas a las que podemos aferrarnos con seguridad en las tempestades. Cuando Dios está ocupado trabajando tras bastidores, nuestra parte es orar, confiar y vestirnos.

About this Plan

Rasgado: Confiar en Dios cuando permite que otros te lastimen

Usando la historia de José como base, Rasgado aborda la lucha por reconciliar el amor de Dios con el dolor. Si nos ama, ¿por qué permite que otros nos lastimen? Este plan nos enseña cómo volver a tener esperanza e intimidad con Dios a pesar del sufrimiento, cómo confiar en Sus planes y poder para redimir nuestras historias, tener éxito en la tierra de nuestro aflicción y olvidar, fructificar y perdonar. Es una adaptación del libro en inglés "Rasgado: Confiar en Dios cuando permite que otros te lastimen" de Karenlie Riddering.

More