Rasgado: Confiar en Dios cuando permite que otros te lastimenSample

El camino de "lo que sea"
Hay un término que los jóvenes usan hoy en día para describir a las personas que, según ellos, no tienen personalidad ni atractivo. Los llaman NPC (personajes no jugador), basándose en los personajes de videojuegos que existen principalmente como participantes de fondo en el mundo del juego, pero que no aportan ni restan sustancialmente a su entorno.
Algunas personas tienen una actitud de NPC cuando se trata de la vida; tienen poco interés en vivir plenamente o prosperar. Puede haber una falta de metas y deseos, y si intentas tener conversaciones más profundas, no tienen mucho que aportar.
Cuando se trata de relacionarse con Dios después del dolor y la tristeza, el camino de "lo que sea" es análogo a los NPC. No hay ni un deseo de buscar a Dios ni enojo hacia Él. De hecho, no hay ningún pensamiento de Dios en lo absoluto. En cambio, la actitud general es de derrota o indiferencia. En algunos casos, el dolor puede ser tan profundo que elimina toda alegría y deseo de soñar. El problema es que no podemos apagar nuestras emociones, simplemente encontramos formas de sobrellevar la vida y el dolor de ser desgarrados.
Algunas personas se sumergen en la comida emocional, se desaparecen en maratones de series excesivas o binge-watching, practican un deporte de forma obsesiva, desarrollan adicciones a las compras, el trabajo, el alcohol, las drogas u otras cosas con la intención de ahogar el dolor. Estos mecanismos de afrontamiento no siempre equivalen a cosas malas, son simplemente un medio para lidiar con el sufrimiento. Una relación con Dios no es una opción que valga la pena considerar.
Podemos intentar y tener éxito en ignorar a Dios y vivir lo mejor que podamos, pero como muchos de nosotros hemos descubierto, hay un vacío o insatisfacción que, sin importar lo que hagamos para llenarlo, siempre está ahí. Sin duda, en un momento u otro, esto nos lleva de vuelta a cómo nos relacionamos con Dios. Este camino no es más que una intersección que conduce de nuevo a los otros dos caminos. Eventualmente se necesitará una decisión: ignorar a Dios, que es el camino de la rebelión descrito anteriormente (aunque sea una rebelión pasiva) o acercarse a Él, aprendiendo a ser dirigido, sanado, cuidado y salvado.
El camino de la rectitud
La tercera opción es el camino de la rectitud y la cercanía con Jesús. Cuando elegimos actuar de acuerdo con lo que Dios estableció en Su palabra, a pesar de las circunstancias en las que nos encontramos, desatamos bendiciones y experiencias que de otro modo son fáciles de pasar por alto en temporadas de abundancia y cuando todo está bien y bonito.
Dios está constantemente llamando, invitándonos a seguirlo, implacable en Su búsqueda de amor. Nunca nos obliga, en cambio, nos invita. Hay momentos en que ese viaje es asombroso, lleno de alegría y como bailar por campos florecidos. Pero elegir el camino de la rectitud no siempre es un camino fácil. Puede haber temporadas, y largas, donde seguirlo nos conduce al Calvario, donde los más cercanos a nosotros desaparecen, y donde puede parecer que Dios nos ha olvidado y abandonado. De hecho, tres de los cuatro evangelios incluyen la invitación de Jesús a seguirlo, negarnos a nosotros mismos y tomar nuestra cruz.
Los discípulos de Jesús estaban familiarizados con esto. Vivieron con Él y lo vieron ser golpeado, azotado y crucificado. Pero también fueron testigos de Su resurrección y poder, y sus vidas se transformaron gracias a ello. Después de caminar con el Salvador, experimentaron lo que significaba tomar su cruz y seguirlo. Su decisión de elegir el camino de la rectitud transformó sus vidas y también nuestro mundo.
Sin embargo, según la tradición, es probable que muchos de ellos sufrieron muertes terribles, a pesar y por causa de ser seguidores de Jesús.
El mientras tanto se ve diferente para cada uno de nosotros. Para algunos, significa adaptarse a nuevos roles, aprender nuevas destrezas o llevar cargas más pesadas. Para otros, podría significar lidiar con lesiones físicas dolorosas, recuperar la movilidad o recibir tratamiento para volver a caminar o hablar. Puede significar renunciar a sueños y expectativas o cambiarlos por otros nuevos que se alineen con la nueva normalidad. Puede implicar mudarse a otra ciudad o país, dejando atrás lo familiar y seguro.
Amigo, no te rindas durante los años de sequía, mantén tu enfoque en Él, sigue en el camino, permanece arraigado en Jesús, y aférrate a la promesa de que serás bendecido y próspero en todo lo que hagas.
La pregunta persiste: ¿qué elegiremos en nuestro mientras tanto? José eligió el camino de la rectitud, que viene acompañado de muchas bendiciones y promesas del cielo. Pero ese camino no está garantizado de ser libre de problemas o simple. Estamos sujetos a limitaciones terrenales y, como José descubriría, a más retrasos o desvíos en el camino.
Para meditar:
- ¿En qué camino te encuentras: el de la rebelión, el de "lo que sea" o el de la rectitud?
- ¿Has experimentado la bendición de Dios aunque no estés donde te gustaría estar? ¿Cómo Dios ha sido fiel?
- ¿Cuáles son algunas formas en las que puedes sobrellevar mejor tu nueva normalidad? ¿Podrías beneficiarte de la consejería o de hablar con otras personas que han pasado por situaciones similares?
Scripture
About this Plan

Usando la historia de José como base, Rasgado aborda la lucha por reconciliar el amor de Dios con el dolor. Si nos ama, ¿por qué permite que otros nos lastimen? Este plan nos enseña cómo volver a tener esperanza e intimidad con Dios a pesar del sufrimiento, cómo confiar en Sus planes y poder para redimir nuestras historias, tener éxito en la tierra de nuestro aflicción y olvidar, fructificar y perdonar. Es una adaptación del libro en inglés "Rasgado: Confiar en Dios cuando permite que otros te lastimen" de Karenlie Riddering.
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