Marta, Marta: La Elección Que Me Libera De La AnsiedadSample

La Buena Parte: la parte que permanece

En contraste con Marta, vemos a una María que ni la larga lista de tareas la movió, sino que permaneció firme, experimentando la vida y la paz. ¿Cómo elegir permanecer quieto en Cristo cuando todo a mi alrededor parece necesitar que yo lo resuelva? Solo es posible cuando sé quién soy y quién es Cristo.

¿Quién soy sin Cristo? ¡No soy nada ni puedo hacer nada! Este es el verdadero evangelio. ¡Miserable de mí! ¿quién me librará de este cuerpo de muerte? Gracias doy a Dios, por Jesucristo Señor nuestro (Rom. 7:24-25a). La Buena parte es Cristo mismo. La buena parte no es una vida sin conflictos, o una vida llena de comodidades. No se mide con el estándar de este mundo. No son likes, aplausos ni fama. Tampoco lo es hacer buenas obras o cumplir con ciertas costumbres. La Buena parte es solo Cristo. El conocer esto me lleva inevitablemente a buscar elegir la Buena parte en lo cotidiano de mi vida.

¿Cómo elijo la Buena parte?

Donde esté tu tesoro, allí estará también tu corazón (Mt. 6:21). Nuestra vida misma es preciada para nosotros, es un tesoro nuestro tiempo y nuestra atención. ¿Dónde la estoy poniendo? Elegimos la Buena parte cuando permitimos que Él gobierne la parte nuestra que se consume con el tiempo. Cuando le permitimos gobernar nuestra temporalidad.

Elegimos la Buena parte, Cristo, cuando le permitimos gobernar:

• Nuestro pasado
• Nuestro presente
• Nuestro futuro

¿Qué puedes dejar de hacer hoy para rendirle tu temporalidad a Cristo y comenzar a elegirlo a Él?