PurosSample

UNA VIDA PURA

📖 Versículo clave:

Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios (Mateo 5:8)

✨ Introducción:

Después de seis días de limpieza profunda, es tiempo de respirar hondo y mirar lo que Dios ha hecho. No buscamos perfección, pero sí un corazón decidido a purificarse una y otra vez. Esta es la marca de los verdaderos hijos: no se esconden del fuego… lo abrazan.

Resumen de los días anteriores:

🕊️ Día 1 —Puros

Dios no tolera el pecado oculto. Como Acán, a veces lo que guardamos en secreto contamina a todo el campamento. La purificación comienza al reconocer que lo consagrado le pertenece a Dios.

👄 Día 2 —Labios Puros

Nuestras oraciones y adoración deben ser coherentes con lo que hablamos a diario. Un corazón contaminado produce palabras contaminadas. Dios quiere sanar nuestros labios… y eso comienza con perdón.

✨ Día 3 —Puro Milagro

No todo lo sobrenatural viene de Dios. Hay falsos milagros, señales y prodigios. Pero los verdaderos milagros siguen a los que creen, no a los que los persiguen. Fe pura, milagros verdaderos.

🔥 Día 4 —Si duele, no

La purificación duele. El torno y el horno del Alfarero son parte del proceso. Lo que no se forma con fuego, se rompe con facilidad. Deja que Dios te moldee y te lave… aunque duela.

🛑 Día 5 —Servicio Impuro

No todo servicio es santo. Cuando servimos desde el ego, la presión o la costumbre, contaminamos el altar. El servicio puro nace del amor, no de la necesidad de aprobación.

🙇‍♀️ Día 6 —Temor de Dios

El temor de Dios no es miedo, es reverencia. Es la conciencia diaria de que todo lo que somos y hacemos está delante de sus ojos. El temor a Dios nos limpia, nos enfoca y nos sostiene.

Hoy Dios te dice:

No busco que seas perfecto. Pero quiero que te dejes purificar. Que no sirvas desde tu fuerza. Que no ores desde tu herida. Que no te escondas de mi fuego. Yo quiero usar tu vida… pero la quiero pura.

Preguntas para meditar:

1. ¿Qué área de tu vida necesita todavía pasar por el fuego?
2. ¿En qué parte del proceso te detuviste por miedo o cansancio?
3. ¿Estás sirviendo desde el amor o desde la rutina?
4. ¿Cuánto espacio tiene el temor de Dios en tus decisiones?

Oración final:

Padre, gracias por cada día de este proceso. Hoy me rindo de nuevo ante ti. Toca mis labios, mi mente, mi servicio, mi fe. Llévame al fuego si es necesario, pero no me dejes igual. Que mi vida sea una vasija útil, formada por ti, encendida por tu Espíritu y consagrada para tu gloria. Amén.