Lo Que El Enemigo Te RobóSample

Ahora, cuando hablo de que el enemigo quiere robarnos nuestro recurso más precioso, me refiero a que quiere robarnos el conocimiento del nombre de Dios. Muchas veces, el enemigo intenta robarnos la comprensión del carácter de Dios. Poco a poco empezamos a olvidar aspectos esenciales de quién es Él, de cómo actúa, de cómo nos ama.

Por eso la Biblia dice que, cuando el pueblo de Israel oyó que Dios no se había olvidado de ellos, cuando escucharon que Dios tenía compasión de su dolor, que podía ser tocado por sus enfermedades, que no había ignorado sus lágrimas, sino que había estado con ellos en cada paso del camino, entonces se arrodillaron y lo adoraron.

Es como cuando Marta y María, las hermanas de Lázaro, lloraban por su muerte y resurrección. Creo que esa escena tuvo que haberlas conmovido profundamente, porque aquellas lágrimas de Jesús revelaban más del carácter de Dios que el milagro mismo de levantar a Lázaro de los muertos.

O como en Lucas 23:39-43, cuando Jesús estaba clavado en la cruz, con dos ladrones a cada lado, y uno de ellos le decía: “(...) Si tú eres el Cristo, sálvate a ti mismo y a nosotros. Pero el otro lo reprendió, diciendo: “¿Ni aun temes tú a Dios, estando en la misma condenación?” (RVR1960).
Ese momento es poderoso: el que pudo haber llamado una legión de ángeles eligió quedarse allí, escogió sentir mi dolor, tu dolor. Por eso ese hombre se volvió hacia el otro y le habló con firmeza.

Quiero que pienses en esto: cada vez que Jesús hablaba, le dolía respirar, porque estaba crucificado. Respirar era un esfuerzo. Y este hombre, que también estaba crucificado, hizo un esfuerzo inmenso para sacar aliento y decir: “¿No tienes temor de Dios? Este no ha cometido pecado alguno". Este Jesús escogió ser tocado por el dolor de mi enfermedad, de mi pecado, de mi angustia. ¿No te das cuenta de que Él puede levantar a los muertos, que podría haberse bajado de la cruz sin problema, que puede hacer lo que quiera… y aun así escogió llorar con nosotros, sufrir con nosotros, ser empático con tu dolor y el mío?

Él verdaderamente entiende lo que estás viviendo. Él sabe lo que significa cada lágrima que derramas. Cuando Dios envía a Moisés y Aarón, los manda con una promesa, una proclamación de victoria que dice: No tienes que pasar por esto para siempre.

Yo creo que muchas veces Dios elige venir a quitar aquello que causa nuestras lágrimas.
Pero también creo que, en otras ocasiones, prefiere venir a llorar a nuestro lado. A recordarnos su compasión, a recordarnos que no solo es el Dios todopoderoso, el Elohim que todo lo puede, sino que también es el Shaddai, el que nos abraza.

Por Andrés Vargas y Equipo TopCristianos

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