Cristo Nuestra VidaSample

Una verdad que debemos afirmar con claridad es que nadie toma decisiones completamente por su propia cuenta. Aunque muchos afirman ser libres, la realidad espiritual es que todos estamos bajo un gobierno. Las Escrituras nos enseñan que fuimos trasladados del dominio de las tinieblas al Reino de su amado Hijo (Colosenses 1:13). Esto significa que antes vivíamos bajo un gobierno oscuro, el gobierno de las tinieblas, aunque hoy no sea nuestro enfoque principal, debemos reconocer que existe: hay un sistema espiritual real y activo contrario al Reino de Dios. Es un gobierno anticristo que opera sutilmente para desviar a las personas del propósito eterno del Padre.
Ese sistema de tinieblas trabaja constantemente para influenciar nuestras decisiones, alejándonos del diseño de Dios. Por eso, el mundo nos ofrece caminos aparentemente lógicos o atractivos, pero que se oponen a la voluntad del Padre. En cambio, cuando la gracia nos alcanza y nuestros ojos son abiertos a la realidad de Cristo, comenzamos a ver que nuestras decisiones ya no pueden ser autónomas. Ahora, nuestras decisiones deben estar alineadas con el gobierno de Cristo en nosotros.
Este es el punto central: no se trata de vivir bajo nuestra propia voluntad, sino de rendirnos al señorío de Jesús. El apóstol Pablo lo explica con claridad en Romanos 6:1-2: “¿Qué, pues, diremos? ¿Perseveraremos en el pecado para que la gracia abunde? En ninguna manera Porque los que hemos muerto al pecado, ¿cómo viviremos aún en él?” (RVR1960). Y más adelante, en el versículo 11, añade: “Así también vosotros, consideraos muertos al pecado, pero vivos para Dios en Cristo Jesús, Señor nuestro” (RVR1960).
Esto nos enseña que no basta con saber teóricamente que hemos muerto al pecado; debemos aprender a vivir desde esa realidad. “Considerarnos muertos” implica tener una mentalidad renovada, una conciencia permanente de que nuestra antigua naturaleza ya no tiene dominio sobre nosotros. Si me considero verdaderamente muerto al pecado, la tentación pierde su poder, porque sé que lo que antes me dominaba ya no tiene autoridad sobre mí.
A menudo escuchamos expresiones como: “necesitamos morir cada día”. Y aunque entendemos la intención de estas palabras, debemos hacer una precisión teológica importante: no morimos una y otra vez, sino que ya fuimos crucificados con Cristo. La vida cristiana no consiste en repetir la crucifixión, sino en vivir desde la obra consumada de la cruz. Cada vez que "vamos a la cruz", no es porque estemos iniciando un proceso nuevo, sino porque recordamos que ya estuvimos allí con Cristo, y que nuestra vida vieja fue sepultada con Él.
Esto transforma por completo nuestra manera de vivir. Ya no somos personas que simplemente tratan de agradar a Dios con esfuerzo humano; somos personas que han sido crucificadas con Cristo, y que ahora viven por medio de Él. Como dice Gálatas 2:20: “Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí” (RVR1960).
En esa misma línea, Santiago 2:26 nos dice: “Porque como el cuerpo sin espíritu está muerto, así también la fe sin obras está muerta” (RVR1960). El cuerpo tiene vida sólo si hay un espíritu que lo mueve. Así también, nosotros como cuerpo de Cristo solo tenemos verdadera vida si es Su Espíritu quien nos vivifica. Cristo no es una doctrina externa a nosotros, sino una vida interior que nos transforma. El cuerpo es simplemente el instrumento; la verdadera fuerza viene del Espíritu que lo habita.
Por eso, cuando decimos que somos el cuerpo de Cristo, no es una metáfora sin peso. Es una afirmación espiritual profunda: somos el instrumento por medio del cual Cristo se expresa, actúa y gobierna en el mundo. Él es la cabeza, y nosotros, como cuerpo, solo vivimos en la medida en que Él nos guía y nos llena con Su vida.
En conclusión, vivir bajo el gobierno de Cristo es vivir conscientes de que nuestras decisiones, pensamientos y acciones están sujetas a Su señorío. Es entender que ya no vivimos para nosotros, sino que ahora vivimos para Aquel que murió y resucitó por nosotros. Y esa vida nueva, esa verdadera libertad, solo es posible cuando permitimos que Cristo sea quien viva en nosotros y a través de nosotros.
About this Plan

"Cristo nuestra vida" enseña que la vida cristiana no se basa en el esfuerzo humano, sino en permitir que la vida de Cristo, se exprese a través de él. Cristo no sólo salva, sino que gobierna como cabeza del cuerpo, que es la Iglesia. Esta vida produce frutos, no por obligación, sino como resultado natural de su presencia. Vivir bajo su gobierno es un privilegio, y nuestra vida refleja su obra, no para ganarnos nada, sino como expresión de su gracia y vida en nosotros.
More
Related Plans

Seasons of Hardship: Live the Jesus Way

Positive and Encouraging Thoughts for Women: A 5-Day Devotional From K-LOVE

Don’t Know What You’re Doing After Graduation? Good.

Am I Really a Christian?

Who Am I, Really? Discovering the You God Had in Mind

UNPACK This...Being a Good Teammate in Life

16 Characteristics of the God-Kind of Love - 1 Corinthians 13:4-8

Reimagine Influence Through the Life of Lydia

Living Like Jesus in a Broken World
