El Valle De Los Huesos SecosSample

Como hemos podido darnos cuenta hasta ahora, querido lector, la visión del valle de los huesos secos es una señal clara de esperanza escatológica; es decir la certeza de que Dios restaurará la vida incluso desde la muerte. Esta idea evoluciona en el judaísmo del Segundo Templo y es abrazada plenamente en el cristianismo.

• Daniel 12:2 habla de la resurrección de los muertos.
• 1 Corintios 15 y 1 Tesalonicenses 4 describen la resurrección corporal en la venida de Cristo.
• Apocalipsis 20 habla de una “primera resurrección” y del juicio final.

Por tanto la visión de Ezequiel, es una vision profundamente esperanzadora para todo creyente, el mismo Job anticipó tal poder de Dios, obrando a favor de los suyos aún después de la muerte. Dijo: "Yo sé que mi Redentor vive, y al fin se levantará sobre el polvo; y después de deshecha esta mi piel, en mi carne he de ver a Dios; al cual veré por mí mismo, y mis ojos lo verán, y no otro." (Job 19:25-27)

Qué maravilloso es darnos cuenta, querido lector, que la visión de Ezequiel anticipa esta esperanza: ¡la muerte no es el final, y el pueblo de Dios será plenamente restaurado al final de los tiempos! Porque en Cristo, Dios aún resucita lo que está muerto, aún reconstruye lo que ha sido quebrado, y aún llena con su Espíritu a un pueblo que se levanta como un ejército santo en medio de un mundo que se desmorona.

A estas alturas debemos hacernos la siguiente pregunta: ¿Por qué Ezequiel 37 sigue hablando en el siglo XXI?

Pienso que es porque el mensaje es eterno, Dios no se rinde con su pueblo. No importa cuán seco, muerto, o devastado esté el valle… Dios puede y quiere restaurar. Su Espíritu sigue siendo el único capaz de dar vida real, personal, comunitaria y escatológica.

La visión de los huesos secos es más que una metáfora antigua. Es una declaración profética sobre el carácter de Dios: Él es el Dios que resucita, reconstruye y renueva. Siempre. Las Escrituras lo asegiran de la siguiente manera: Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos (Heb. 13:8)

Queridos amigo/a, espero que estas reflexiones hayan sido de bendición para tu vida como lo ha sido para la mía. El deseo de mi corazón y oración por ti, es que el Señor te siga bendiciendo en la revelación de su grandeza.

¡Hasta una próxima oportunidad!

Con amor en Cristo,

Pr. Juan Carlos Calle y equipo Conectar Global

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