Discípulo De CristoSample

Todo creyente en Cristo debe ser un discípulo de Cristo porque todos debemos tener el deseo natural de ser estudiantes de la gracia de Cristo.

Mateo 28:19

Por tanto, vayan y hagan discípulos en todas las naciones, y bautícenlos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.

Nada habla más sobre el discipulado que la Gran Comisión. La palabra discípulo en el griego original es la palabra matheteuo, que significa “alguien que está aprendiendo”. En este contexto, la Gran Comisión fue una instrucción a los apóstoles judíos para difundir la gracia de Dios más allá de sus fronteras judías, ya que creían que las revelaciones de Dios eran solo para ellos mismos y no para los gentiles. Para el creyente en Cristo gentil de hoy, es un llamado no solo a hacer conversos ni seguidores ni imitadores sino creyentes en Cristo. Desafortunadamente, el discipulado hoy en día en muchos círculos es sólo un propagador de religiosidades y un programa de modificación de conducta para dar un sentido de superioridad o logro dentro de la Iglesia.

Aunque el discipulado es importante, no debemos intentar usurpar la gracia de Dios con el discipulado al convertirlo en un curso para enseñar obras. El discipulado no debe presentarse como si no bastara con ser creyente en Cristo y tener que dar un paso más para convertirnos en discípulos. ¡Incorrecto! Por eso es más importante mantener la perspectiva correcta de quién eres como creyente en Cristo mientras sigues el proceso de ser un estudiante de la gracia de Cristo. Si tus fracasos no te definen, tampoco tus buenas obras te definen como creyentes en Cristo.

El Teólogo Brennan Manning lo dijo así:

“Hay una hermosa transparencia en los discípulos honestos que nunca muestran una cara falsa y no pretenden ser nada más que quienes son".

Es por eso que el Señor escogió no usar la palabra discípulo después del derramamiento del Espíritu Santo en el Libro de los Hechos para identificar al creyente en Cristo. No encontrarás a un creyente en Cristo siendo llamado discípulo en ninguna epístola de los apóstoles Pablo, Pedro, Santiago, Juan y Judas en el Nuevo Testamento. El Señor sabía que nuestra frágil humanidad siempre intentará usurpar la gracia con obras y deformar nuestra identidad como hijos e hijas de Dios con logros espirituales.

Romanos 8:15

Pues ustedes no han recibido un espíritu que los esclavice nuevamente al miedo, sino que han recibido el espíritu de hijo, por el cual clamamos: ¡Abba, Padre!

La parte más importante de tu caminar como creyente en Cristo es saber que eres un hijo(a) justo(a) de Dios en Cristo Jesús, independientemente de dónde te encuentres en tu caminar con Dios. El Señor dejó de identificarnos como discípulos y en cambio comenzó a identificarnos como hijos de Dios porque un hijo es mayor que un discípulo. Si los programas de discipulado no se basan en tu filiación hacia el Padre en Cristo, entonces no es un verdadero discipulado del nuevo pacto.

2 Timoteo 1:2

A Timoteo, amado hijo: Que tengas gracia, misericordia y paz, de Dios el Padre y de Jesucristo nuestro Señor.

El mejor ejemplo de discipulado en el Nuevo Testamento es la relación entre el apóstol Pablo y Timoteo. Pero fíjate que lo que tenían era una relación familiar primero antes de una relación de maestro/alumno. Para el apóstol Pablo, Timoteo no era su alumno sino su hijo en la fe. Hubo una relación primero antes de que se hablara sobre el crecimiento espiritual. Es lo mismo con nosotros y el Señor. Para Él, es más importante una relación íntima antes de tu crecimiento espiritual.

Reflexión: ¿Cual es tu identidad como hijo(a) de Dios? ¿Alguna ves has confundido tus obras con tu identidad? ¿Te consideras un hijo(a) justo(a) en Cristo Jesús?

Aplicación diaria: Disfruta tu relación íntima hoy durante el día con tu Padre Celestial, como una alabanza interna o una conversación en silencio entre tú y Él donde experimentaras Su descanso.