¿Los Cristianos Aman La Sumisión?Sample

Jesús se sometió por nosotros

Hay una hermosa cruz hecha a mano que cuelga sobre la entrada al lugar de reunión de mi iglesia para el servicio. Mi amigo Tom la hizo ​​en 2014 durante una serie de sermones que intentaba redimir una de las palabras menos favoritas de los estadounidenses: la sumisión.

Esa cruz está grabada con estas palabras de Jesús: “No se haga mi voluntad, sino la tuya”. Jesús, en ese momento vital antes de su arresto, se sometió. Expresó su deseo “haz que pase de mí esta copa” (Lucas 22:42), pero luego cedió a la decisión final de su Padre. El Nuevo Testamento dice más adelante: “[Jesús] fue escuchado por su reverente sumisión” (Hebreos 5:7 CST).

Antes de asumir lo peor sobre la palabra con “s”, recordemos que tú y yo fuimos salvados a través de un acto de sumisión. Jesús preparó un lugar para nosotros en la casa de su Padre al someterse. Él cumplió su misión a través de la sumisión, y el resultado fue nuestra salvación. Por todos esos momentos en que nos ponemos primero, Jesús se puso en segundo lugar. Él no intentó conseguirlo a su manera, y ahora hay una manera para que pasemos la eternidad con Dios.

¡No puedes odiar una palabra que te salvó! No puedes llamarla sucia si te limpió. Es por eso que el Espíritu Santo no se avergonzó de inspirar a los escritores del Nuevo Testamento a escribir “someterse” una y otra vez. La “sumisión” es una hermosa palabra de la Biblia. Mirando a nuestro abnegado Salvador, ¿no estás de acuerdo?

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