Crecer en Sueños ProféticosSample

DÍA 1: LOS SUEÑOS Y EL MINISTERIO PROFÉTICO

Los sueños se consideraban un medio por el que Dios hablaba a los profetas. Estos profetas profetizaban a través de las visiones que recibían, pero también a través de sus sueños. Esto era así en la Antigua Alianza y sigue siendo así en la Nueva Alianza, aunque el papel del profeta haya cambiado. Lo que decía un profeta en la Antigua Alianza se consideraba Palabra de Dios. En la Nueva Alianza, sólo las Escrituras son Palabra de Dios. El apóstol Pablo explica en 1 Corintios 13:9-12 que conocemos en parte y profetizamos en parte. Hoy, vemos a través de un espejo, pero no muy claramente. En otras palabras, en la Antigua Alianza, el profeta recibe de Dios, mientras que en la Nueva Alianza, el profeta percibe de Dios. Por eso, en la Nueva Alianza estamos llamados a juzgar la profecía. También es importante entender que Dios habla a sus profetas a través de los sueños, pero Dios puede hablar a alguien en un sueño sin que sea profeta. El derramamiento del Espíritu a través de visiones, profecías y sueños es para todo hijo de Dios que quiera vivir esta vida del Espíritu.

Algunos profetas de la Biblia profetizaron falsedades declarando en voz alta que habían tenido un sueño, pero Dios denuncia firmemente tales acciones, porque no les había hablado a través de un sueño. ¿Por qué estos profetas que profetizan falsedades hacen tales declaraciones? Porque los sueños eran y siguen siendo un canal a través del cual Dios habla a sus profetas.

Jeremías 23: 25-26 "He oído lo que dicen los profetas, los que profetizan mentiras en mi nombre, los que dicen: “He tenido un sueño, he tenido un sueño”. ¡Basta ya! La mente de los profetas está repleta de falsas profecías, producto de su fantasía."

Por supuesto, estoy haciendo una distinción entre una vida profética a la que todos podemos aspirar a través del Espíritu Santo y el ministerio del profeta, que es un don del Hijo a Su Iglesia. El profeta no se limita a manifestar el don, sino que es el don para la Iglesia, como los demás ministerios de don (Efesios 4:11). En la búsqueda de una mayor vida profética a la que todos podemos aspirar, los sueños son uno de los indicadores de que estamos entrando plenamente en ella. El don de profecía puede manifestarse, por tanto, mediante un sueño que recibimos de Dios para animarnos y bendecirnos. Profetizar (declarar lo que Dios nos ha comunicado) siguiendo un sueño que Dios nos ha dado ¡es bíblico!

Jérémy Pothin