Día 5 – Moisés

Frase: Adora a Dios mientras esperas, con la certeza de que Él cumplirá lo que prometió.

“Y aquel varón Moisés era muy manso, más que todos los hombres que había sobre la tierra.”
Números 12:3 (RVR1960)

Moisés y Jesús son los dos hombres más mansos que la Biblia menciona. La palabra "manso" describe a alguien que no se exalta fácilmente, que evita las discusiones, es apacible, sosegado, templado, suave y benigno. Es curioso pensar en esto cuando recordamos al Moisés que, antes de conocer verdaderamente a Dios, tomó la justicia en sus propias manos y mató a un egipcio (Éxodo 2:11).

Sin embargo, después de un largo proceso de formación y de experimentar un encuentro profundo con Dios, Moisés fue transformado en otro hombre. Su corazón cambió, y Dios, en Su misericordia, le dio una segunda oportunidad. No solo vio a Dios cara a cara, sino que llegó a ser considerado Su amigo. Fue elegido para liberar al pueblo de Israel de la esclavitud en Egipto. Aunque al principio se sintió incapaz por sus limitaciones físicas y su falta de confianza en sí mismo, Moisés comprendió que todos esos años de preparación fueron parte del plan divino para convertirlo en un adorador y libertador.

Desde su nacimiento, Moisés llevaba la esencia de un adorador. Provenía de la tribu de Leví, el linaje sacerdotal encargado de guiar al pueblo en el servicio a Dios, presentando ofrendas y sacrificios por los pecados. Moisés entendió su propósito, lo abrazó con fe y adoró con la certeza de que el mismo Dios que lo llamó lo respaldaría. En su obediencia, experimentó la presencia de Dios y encontró descanso.

Moisés adoró a Dios cumpliendo el propósito para el cual fue creado. A pesar de sus dudas y excusas iniciales, eligió confiar en el llamado divino y dedicó el resto de su vida a honrar a Aquel que lo escogió y lo sostuvo en cada paso del camino.

Reflexión:

¿Cómo puedes, hoy, convertirte en un adorador siendo fiel y obediente a tu llamado?

Si ya conoces tu propósito, escríbelo como un recordatorio y haz una oración pidiendo a Dios que te fortalezca para avanzar cada día con firmeza y fe.