Día 2: Nuestros filtros de lectura

Jesús enseñó a sus discípulos a comprender su corazón, porque sabía que era importante para continuar la obra que les confiaría por medio del Espíritu Santo en Pentecostés. En este pasaje, los discípulos formulan una pregunta que refleja su cuadrícula de lectura.

Sus preguntas podrían ser las nuestras hoy. ¿Quién pecó para que este hombre naciera ciego? ¿Fue él o sus padres? Si Jesús hubiera respondido a alguna de las preguntas de los discípulos, ¿qué diría eso de su mentalidad?

Si Jesús hubiera culpado al ciego, los discípulos habrían pensado que su enfermedad era merecida, o heredada como resultado de malas acciones por su parte. Sin embargo, recordemos que no padeció esta aflicción siendo adolescente o adulto, sino desde el momento en que nació. ¿Cómo pudo pecar antes de venir al mundo? Esta condena no tiene fundamento ni lógica...

Llamaré a esta forma de juzgar "el filtro de la condenación" y, desgraciadamente, a pesar de la misericordia y la gracia que Jesús trajo en la Nueva Alianza, tendemos a usar este filtro. Interpretamos la Biblia y las visiones y sueños que recibimos de Dios con este filtro si malinterpretamos el corazón y las intenciones de Dios. Vemos a Dios como un hombre del saco, un juez que se complace en condenar y negar toda esperanza de perdón y restauración a causa del pecado.

Si Jesús hubiera respondido que los padres eran responsables de la enfermedad de su hijo, los discípulos habrían caído en la victimización. Esta es una forma más sutil de verlo, porque puede parecer inofensivo, pero bloquea cualquier apertura hacia un día mejor. No me imagino a los discípulos abriendo una puerta de esperanza para este ciego de nacimiento. Además, su pregunta es cerrada. Sólo piden confirmación de uno u otro de sus análisis, sin ninguna otra posibilidad. El "filtro de victimización" no busca realmente comprender. Está ahí para categorizar y juzgar. Tantas personas en los Evangelios desafían la barrera sesgada de la victimización para liberarse de ella: la mujer ensangrentada que tocó a Jesús y fue curada, los leprosos limpiados o la samaritana salvada...

Mañana veremos cómo respondió Jesús. Su respuesta ahuyenta los filtros de lectura y nos da una perspectiva divina para que podamos ser buenos intérpretes de su corazón.

Jérémy Pothin