Devocional Juvenil Experiencia de Adoración de 40 DíasSample

Imagina que llenas un vaso con agua hasta el borde y luego caminas rápidamente por una habitación. ¿Qué sucedería con el agua? Por supuesto, se derramaría con cada paso.

Eso es lo que sucede cuando estás lleno del amor de Dios. Se desborda de tu vida. Se derrama sobre otras personas con cada paso que das. El amor de Dios no es para que esté encerrado en tu corazón. Está diseñado para compartirse con los demás.

Mientras continuamos explorando la oración sencilla “Jesús, te amo” y la oración relacionada, “Jesús, ayúdame a amar como Tú amas”, imagina que eres un vaso siendo llenado con el amor de Dios. Él tiene una meta diaria para ti: repartir Su amor a otras personas.

Sin embargo, no tienes que hacer esto por tu cuenta. A medida que te acercas a Él y recibes de Él, Su amor te llena. No tienes que forzarte a amar a las personas. Sucede naturalmente.

A veces necesitarás dejar que Dios quite cosas como el miedo, la avaricia, el orgullo, los celos o la ira que puedan estar bloqueando el flujo del amor. Permítele reemplazarlas con rendición, confianza, fe, gratitud y humildad.

Tu estado natural es tener amor fluyendo dentro de ti. Si te resulta difícil actuar con amor, ríndete de nuevo a Dios. Ora: “Jesús, por favor quita lo que esté bloqueando el flujo de Tu amor. Ayúdame a amar como Tú amas”. Mírate como un canal del corazón de Dios: alguien digno de amor, capaz de amar y llamado a amar.

Reflexiona

¿Qué tan lleno estás del amor de Dios? ¿Se está derramando sobre los demás? ¿Hay algo bloqueando el flujo del amor de Dios a través de ti? ¿Cómo podrías quitar esos obstáculos?