EL PODER DE HONRAR A NUESTRA IGLESIA

No dejemos de congregarnos, como acostumbran hacer algunos, sino animémonos unos a otros, y con mayor razón ahora que vemos que aquel día se acerca (Hebreos 10:25 NVI).

¿Algunas veces has sentido ganas de no asistir a la iglesia, o has tenido compromisos que han evitado que lo hagas?

Cuando faltamos a las reuniones planeadas por la iglesia estamos deshonrándola y estamos permitiendo que nuestra vida no florezca. El ser miembro de una Iglesia implica que allí es en donde servimos, diezmamos y obedecemos a las autoridades que Dios ha puesto para nuestro cuidado, es el lugar en donde avivamos nuestro fuego y de donde reforzamos nuestras raíces para mantenernos fuertes ante las tormentas de la vida.

Cuando no nos congregamos, somos presa fácil del enemigo y nos convertimos en miembros raquíticos y aislados que poco a poco debilitarán la Iglesia y no permitirán que en ella se cumpla el propósito de crecer espiritualmente y multiplicarse para llevar el Evangelio a todas las naciones. Por esto te invitamos a que no dejes de congregarte, a que vivas y ames tu oglesia, que participes y honres a tus pastores asistiendo, pues ellos preparan con amor todo para su congregación.

Háganles caso a sus líderes y respeten su autoridad, porque ellos son responsables de ustedes y por eso siempre están pendientes de protegerlos. Háganles caso para que ellos realicen su trabajo con alegría y de buena gana. Ustedes no sacan nada con hacerles la vida difícil a ellos (Hebreos 13:17 PDT).

Oración:

Señor, te pido perdón por las veces que he dejado de congregarme y de asistir a las reuniones programadas por mis pastores, las cuales solo buscan mi crecimiento espiritual. Desde hoy me comprometo a ser un miembro activo y a participar en las actividades cuando me sea posible y de esta forma, obedecerte para que mi Iglesia crezca y cumpla el propósito que has puesto en ella.

¿Honro a Dios al honrar a mi Iglesia? Recordemos que, al hacerlo, recibiremos como recompensa crecimiento espiritual.