La Importancia de la OraciónSample

Semana 3 - Día 1

Ora Gozándote en la Esperanza

Lectura: Romanos 5:1–5

DEVOCIONAL: Romanos 5:1–2

"Ahora pues, justificados por la fe tenemos paz con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo. Por él también tenemos entrada por la fe a esta gracia en la cual estamos firmes, y nos enorgullecemos en la esperanza de la gloria de Dios."

Hay una sola manera de obtener la salvación. Hay una sola manera de tener paz con Dios y vida eterna junto a Él. Hay una sola manera para ser considerada justa ante Dios y solo una manera para tener paz en la vida: solo por gracia. Por la gracia de Dios se nos ofrece la salvación. Solo a través de la fe somos declaradas justas, y por la fe en Cristo solamente. Somos salvas solo por la gracia de Dios. Pero además, es solo por la gracia de Dios que somos hechas nuevas.

En Cristo somos nuevas; identificadas nuevas. En Cristo eres una nueva creación, llena del Espíritu Santo. Eres transformada como hija de Dios, llena de Su amor, paz, gozo, esperanza y gracia. Por esto, podemos gozarnos en nuestras tribulaciones, sabiendo que nuestra tribulación produce paciencia en nosotras. Esa paciencia produce un carácter probado, y ese carácter, esperanza.

A medida que somos transformadas día a día en la semejanza de Cristo, Él obra a través de nuestro sufrimiento para producir esta paciencia, carácter y esperanza. Eres la obra maestra de Dios, creada con un propósito específico. Él te está transformando, día a día, para que seas cada vez más como Cristo para que puedas compartir la esperanza con un mundo incrédulo y herido. Todo esto es para la gloria de Dios y solo para Su gloria.

Tenemos acceso a Dios por lo que Cristo ha hecho. No podemos jactarnos de nada más que de la obra de Cristo. Solo Él nos ha dado acceso a Dios, otorgándonos paz, gozo y esperanza. Estos trabajan juntos, permitiendo que nuestras vidas traigan gloria a Dios. Tenemos la esperanza de que algún día lo veremos cuando estemos reunidos con Él en el cielo.

Oración

Dios Padre, te agradezco que no soy la misma persona que era antes de conocerte. Equípame, Señor, con Tu misión, libre de miedos, de inseguridad, de dudas. Recuérdame Señor que cualquier cosa y todo lo bueno en mi vida se debe únicamente a Ti. Te agradezco que la medida de éxito que Tú usas no es la misma que la mía. Recuérdame cada día que no me has llamado para tener éxito, estar cómoda, prosperar o incluso sobresalir; me has llamado solo a ser fiel. En el nombre de Jesús, amén.