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La oración puede requerir mucha paciencia. Eso es porque, a veces, necesitas mucho tiempo para ver los resultados. Tal vez estemos orando por una buena nota, o para poder formar parte del equipo, o por un amigo que está sufriendo o por uno de nuestros padres que está enfermo. Algunas de esas oraciones son respondidas rápidamente, pero otras, ¡no tanto! La buena noticia es que cuando seguimos orando y practicamos la paciencia cuando se trata de la oración, podemos estar seguros de que Dios está obrando, incluso mientras esperamos. Todo lo que se necesita es un poco de esperanza para seguir orando y seguir confiando en Dios.

Hoy, comparte con un amigo una oración que estás esperando que Dios responda. Pídele que te anime a seguir orando. Incluso puedes pedirle que ore también por ti.