Equipadas - Ayer y hoySample

El Señor cuidó de Pablo. En sus prisiones, Dios todavía lo protegía. Cuando amenazaron con hacerle daño, Dios permitió que el comandante lo protegiera y lo alejara del peligro. Aunque Pablo estaba en una situación horrible, Dios tenía Su mano sobre cada uno de sus movimientos. Dios ofreció consuelo a Pablo en sus momentos más oscuros. Aunque no suele decir exactamente lo que está por venir, Dios consoló a Pablo diciéndole que continuaría testificando y proclamando el nombre de Cristo en Roma. El consuelo de Dios nos llega de maneras que no esperamos. Él conoce nuestros corazones, nuestros miedos, nuestras circunstancias y cómo respondemos al peligro. A cada una nos ofrece consuelo a través del Espíritu Santo cuando más lo necesitamos. Su Palabra es siempre un gran consuelo, nos recuerda la verdad y nos ofrece paz cuando tenemos miedo. De la misma manera que consoló a Pablo en su temor, el Señor te ofrece consuelo y paz hoy. Señor Dios, te alabo por Tu cariñosa bondad. Anhelas darme consuelo y paz. Ayúdame a creerte y a aceptar el consuelo que das. Guíame mientras busco en Tu Palabra paz y ayuda. Permíteme descansar en Tu gracia hoy. En el nombre de Jesús, amén.