Equipadas - Ayer y hoySample

Pablo caminó por el valle de sombra de muerte. Se paró ante César, ante el tribunal más alto de su tiempo, aunque no había cometido ningún delito. La respuesta de Pablo fue valiente: no temía a la muerte, pero exigió un juicio justo. El rey David escribió estas famosas palabras en el Salmo 23 cientos de años antes de que Pablo viviera. Como alguien que conocía bien el Antiguo Testamento (Fil 3: 5-6), Pablo sin duda conocía estas palabras del salmo de David. Pablo pudo creerle a su Dios, confiando en que sin importar el resultado, Dios lo protegería. No tenía miedo a la muerte porque sabía que su eternidad con Cristo era segura. Nosotras también podemos tener esta misma confianza cuando enfrentamos pruebas y dificultades. Dios nunca ha abandonado a Su pueblo. Él ha protegido fielmente la vida de Sus hijos por generaciones, y no se detendrá ahora. No necesitamos temer al peligro, porque Dios está con nosotras. El bien y la misericordia nos seguirán, sin importar lo que enfrentemos. Padre Dios, tu bien y misericordia me siguen cada día. Ayúdame a recordar que estás conmigo aun si ando en valle de sombra de muerte. No permitas que tema al peligro, porque Tú estás conmigo. Confío en Ti en las circunstancias que enfrento hoy. En el nombre de Jesús, amén.