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Aprendiendo a manejar las ofensasSample

Aprendiendo a manejar las ofensas

DAY 4 OF 5

Demoliendo los “muros de protección”

Cuesta despedirse del enojo. En ocasiones el enojo es utilizado como un caparazón de protección, como un sistema de defensa. Es como si la persona se dijera: “Necesito conservarme enojado para sentirme protegido”, “si perdono y renuncio al enojo seré vulnerable y estaré desprotegido”. Entonces la persona prefiere vivir enojada que asumir el riesgo de vivir sin ese supuesto “sistema de protección”. Pero el costo personal y relacional que se paga por vivir enojado es muy alto en términos de salud personal, ambiente relacional, etcétera. 

Ahora, demoler los “muros de protección” requiere determinación, enfoque y, sobre todo, asistencia divina. El enojo prolongado termina mutando en resentimiento. El resentimiento no permite desmontar la ofensa, pues el resentimiento es como una raíz que se aferra en el corazón de la persona, y se autoabastece de los argumentos que construye. 

La raíz del enojo convertida en resentimiento crece si permitimos que se autoabastezca. En este caso la vida de la persona deja de ser direccionada para la gestión emocional y espiritual saludable, para ser destinada en forma tóxica para atender la ofensa recibida. Pero cargar con las ofensas y agravios es una tarea que desgasta; las ofensas y agravios son un pesado equipaje difícil de llevar, que produce sequedad emocional y espiritual y daña la salud física. En esta condición la persona de llena de pasiones bajas, sentimiento de inferioridad, baja autoestima, incapacidad para sentirse amado, además de dañar las relaciones. 

¿Vives detrás de muros de protección?

¿Acostumbras a rumiar el enojo?

¿Necesitas perdonar a alguien?

About this Plan

Aprendiendo a manejar las ofensas

La ofensa tiene el potencial de producir heridas, desilusiones, dolor y enojo en nuestras vidas, lo que puede hacer que levantemos muros dentro de los cuales meternos y aislarnos. Todo esto puede dar lugar a resentimientos. Las piedras con que se construyen esos muros, en muchos casos, son el malhumor, la indignación, la irascibilidad, la desconfianza, el pesimismo, el retraimiento, la victimización.

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