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Además de ser una obra maestra literaria y un hermosa obra de arte, el Salmo 119 además es bien conocido por su enseñanza acerca de la ley de Dios. La belleza de este salmo, sin embargo, no radica en solo alentarnos a ser devotos a los mandamientos de Dios, sino en el ejemplo de completa devoción del salmista al Señor. Podemos encontrar una referencia a la Palabra de Dios en casi cada versículo.

En estos versos se nos recuerda que necesitamos la Palabra, porque somos siervas de Dios. En Su Palabra, nuestro Maestro nos da instrucciones para el trabajo que Él quiere que hagamos. No solo somos siervas, sino también estudiantes. Nuestro manual básico es la Palabra de Dios. Necesitamos desesperadamente que Dios abra nuestros ojos para que podamos ver las maravillas escondidas en Su Palabra.

Señor, gracias que Tu Palabra es hermosa. Ayúdanos a buscar incansablemente Tus instrucciones y guía para nuestras vidas. Somos Tus siervas y estudiantes de por vida. Ayúdanos a fijar nuestros ojos no en las cosas de este mundo, sino en las gloriosas maravillas de Tu Palabra. Amén.