Pablo invita a los que dicen ser seguidores de Cristo a vivir de acuerdo a lo que Él enseñó.

La lista de cualidades que se demanda de un seguidor de Cristo en este pasaje es: la humildad, la paciencia, la tolerancia de los unos a los otros. En esa lista hay siete elementos que deben verse en la vida de una persona que se llama a sí mismo seguidor de Cristo.

Estamos analizando primeramente la mansedumbre, que como mencionamos, humildad o mansedumbre es reconocer las cualidades y fortalezas que tenemos y  aplicarlas en beneficio de quienes nos rodean.

El ser cristiano o seguidor de Cristo demanda que el fruto del Espíritu se vea en nuestra acción diaria, en todo lo que hacemos. Este fruto del Espíritu muestra el carácter de Cristo formándose en lo más profundo de nuestro ser y produce efectos en el ambiente en el que nos desenvolvemos, sea de trabajo, lugar de estudios, o donde sea que estemos. Produce un deseo ferviente de estimular la unidad entre los creyentes, produce paz, aquella que Jesús prometió, la paz que nadie puede entender.

Reflexiona en la mansedumbre y si sientes que aún no está forjada en ti, es el momento de pedirla para transformar un mundo que se mueve en la desesperanza.