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Una Navidad Extraordinaria

DÍA 15 DE 25

Samuel Escucha a Dios

Por Jimmy Purchase

"Samuel, que todavía era joven, servía al Señor bajo el cuidado de Elí. En esos tiempos no era común oír palabra del Señor ni eran frecuentes las visiones. Elí ya se estaba quedando ciego. Un día, mientras él descansaba en su habitación, Samuel dormía en el santuario del Señor, donde se encontraba el arca de Dios. La lámpara de Dios todavía estaba encendida. El Señor llamó a Samuel, y este respondió: —Aquí estoy. Entonces fue corriendo adonde estaba Elí y dijo: —Aquí estoy; ¿para qué me llamó usted? —Yo no te he llamado —respondió Elí—. Vuelve a acostarte. Y Samuel volvió a su cama. Pero una vez más el Señor lo llamó: —¡Samuel! Él se levantó, fue adonde estaba Elí y dijo: —Aquí estoy; ¿para qué me llamó usted? —Hijo mío —respondió Elí—, yo no te he llamado. Vuelve a acostarte. Samuel todavía no conocía al Señor ni su palabra se le había revelado. Por tercera vez llamó el Señor a Samuel. Él se levantó y fue adonde estaba Elí. —Aquí estoy —dijo—, ¿para qué me llamó usted? Entonces Elí se dio cuenta de que el Señor estaba llamando al muchacho. —Ve y acuéstate —dijo Elí—. Si alguien vuelve a llamarte, dile: “Habla, Señor, que tu siervo escucha”. Así que Samuel se fue y se acostó en su cama. Entonces el Señor se acercó, se detuvo y lo llamó de nuevo: —¡Samuel! ¡Samuel! —Habla, que tu siervo escucha —respondió Samuel. —1 Samuel 3:1–10 (NVI)

Siempre me ha encantado este pasaje de la Biblia. Cada vez que lo leo, hay tres cosas que siempre me llaman la atención: (1) En tiempos de silencio y quietud, Dios sigue presente y sigue hablando. Algo que Él ha estado haciendo desde el principio de la creación. (2) Dios le habló a Samuel cuando era niño, recordándonos que nunca somos demasiado jóvenes (¡ni demasiado viejos!) para escuchar a Dios y ser usados por Él. Y por último, (3) la respuesta humilde del joven Samuel a Dios: “Habla, que tu siervo escucha.”

La temporada navideña es la época más ocupada del año. Nuestros calendarios se llenan rápido con viajes familiares, varias fiestas de Navidad, horas extra en el trabajo y las compras navideñas que parecen no acabar nunca. Cada Navidad, siempre me pregunto: “¿Cuándo podré descansar?”

¿Te diste cuenta en el pasaje de hoy que Samuel está acostado? Todo estaba en silencio y quietud. Entonces llega la Palabra: “¡Samuel!” La Palabra no le llega a Samuel en momentos de actividad, cuando estaba ayudando en el templo. Le llegó en silencio y quietud.

Hay algo en la quietud y la soledad que permite que nuestro corazón se calme y empiece a escuchar esa voz que nos ha estado hablando todo el tiempo. Esto me recuerda a la frase repetida en un villancico famoso:“¿Oyes lo que yo oigo?”

Como cristianos, creemos que Dios es omnipresente, lo que significa que está completamente presente en todo lugar y en todo momento. El Catecismo Mayor de Westminster dice: “Dios es... presente en todas partes.” Nunca hay un momento en que Dios deje de estar completamente presente, porque Él no está limitado por el tiempo ni el espacio. La pregunta nunca es si Dios está presente o no, sino si somos conscientes de Su presencia. ¿Somos conscientes del movimiento y la voz de Su Espíritu en nuestra vida diaria?

En este mundo ruidoso, especialmente en el ajetreo de la Navidad, nuestra conciencia de Dios muchas veces se apaga, se diluye y se distrae. Vamos corriendo de una cosa a otra y el resultado suele ser un alma cansada, desordenada y más moldeada por las preocupaciones del mundo que por la obra renovadora del Espíritu. Y muchas veces, nuestra sordera espiritual viene de esos momentos en los que Dios parece estar en silencio, justo como vemos en 2 Samuel 3.

Si Dios está “presente en todas partes”, eso significa que está completamente presente, disponible y obrando en todo momento y en todo lugar. ¿Estás dejando que el ruido y el ritmo de tu día apaguen tus sentidos espirituales? La única cura para el ruido de nuestro entorno es la práctica espiritual de la soledad y la quietud.

En esta temporada navideña, vamos a practicar ponerle pausa a todo para cuidar nuestro propio corazón y alma. Dios habla en susurros, y muchas veces habla más fuerte cuando nuestras almas están más tranquilas. ¿Cómo sería para nosotros sentarnos en silencio y repetir las palabras de Samuel: “Habla, que tu siervo escucha”?

Qué silenciosamente, qué silenciosamente,

¡El maravilloso regalo es dado!

Así Dios entrega a los corazones humanos

las bendiciones de Su cielo.

Ningún oído puede oír Su llegada,

pero en este mundo lleno de pecado,

donde las almas humildes aún lo reciben,

el querido Cristo entra.

(Letra de “Oh Pequeña Ciudad de Belén”)

Ponlo en Práctica: Medita

La meditación bíblica se trata de llenar tu mente con la Palabra de Dios, no de vaciarla. Práctica meditar en la Escritura leyéndola en familia o con amigos, de manera individual, en voz alta y en silencio. Deja que la Palabra de Dios empape tu mente y tu corazón, y luego ora la Escritura. Haz esto hoy con este pasaje Juan 10:1–6.

Para la Familia

Idea Principal: A Dios le encanta cuando su gente pone pausa en su día y escucha su voz.

Pregunten Juntos:

  1. ¿Por qué crees que Samuel pudo escuchar a Dios cuando todo estaba tranquilo y en silencio?
  2. ¿Cuál es una forma en la que puedes hacer tiempo para estar quieto y escuchar a Dios esta semana?

Oración
Querido Dios, gracias por estar siempre cerca y por hablarnos, incluso cuando no siempre nos detenemos a escuchar. Ayúdanos a bajar el ritmo, calmar nuestro corazón y escuchar tu voz. Enséñanos a decir: “Habla, Señor, que tu siervo escucha.” Amén.

Escrituras

Acerca de este Plan

Una Navidad Extraordinaria

Este devocional navideño de 25 días te invita a un viaje desde la esperanza hasta el Mesías, mientras dejamos que la verdadera historia de la llegada de Cristo transforme nuestros corazones. Cada día haremos una pausa, leeremos las Escrituras, reflexionaremos a la luz del evangelio y nos prepararemos no solo para una celebración, sino para el Dios extraordinario que lo cambia todo.

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Nos gustaría agradecer a Calvary Chapel Ft. Lauderdale por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: resources.calvaryftl.org/espanol