Creación: Luz en la Oscuridad

Por Danny Saavedra

“Y dijo Dios: «¡Que haya luz!». Y la luz llegó a existir.”—Génesis 1:3 (NVI)

“En él estaba la vida y la vida era la luz de la humanidad. Esta luz resplandece en la oscuridad y la oscuridad no ha podido apagarla.”—Juan 1:4–5 (NVI)

Cada Navidad, nos imaginamos ángeles anunciando buenas noticias, pastores bajo un cielo estrellado y un bebé envuelto en pañales. Pero la historia de la Navidad no empieza ahí. Empieza mucho antes del pesebre, antes de María y José, antes de Belén... en realidad empieza con oscuridad.

“En el principio”, nos dice Génesis, “las tinieblas cubrían el abismo.” Nada. Silencio. Un mundo sin forma ni luz... hasta que Dios habló. “¡Que haya luz!». Y la luz llegó a existir.” (Génesis 1:1–3 NVI).

Con esa sola orden, el Creador rompió el vacío. Su voz llenó el vacío, y la luz de Dios llenó el universo. Ahora, quizá te estés preguntando: “¿Qué tiene que ver esto con la Navidad?” ¡Esa es una excelente pregunta! ¡Y la respuesta es TODO! Mira, esta secuencia de la creación que leemos en Génesis 1 es la primera referencia a Aquel de quien se trata la Navidad: ¡Jesús!

Mira las primeras palabras del Evangelio de Juan: “En el principio ya existía el Verbo, y el Verbo estaba con Dios, y el Verbo era Dios.Él estaba con Dios en el principio. Por medio de Él todas las cosas fueron creadas; sin Él, nada de lo creado llegó a existir. En Él estaba la vida y la vida era la luz de la humanidad.” (Juan 1:1–4 NVI, énfasis añadido). ¿Lo ves? La Palabra de la que leemos en Juan 1, el Él por medio del cual todo fue creado, la vida y la luz del universo... ¡Es Jesús! Él es la Palabra. Él es Dios hecho carne.

Y aquí está lo increíble de la Navidad: esa misma luz que rompió el vacío, la luz que da luz a todos, es la misma luz que entró en la historia humana. Juan 1:14 (NVI) dice: “Y el Verbo se hizo hombre y habitó entre nosotros. Y contemplamos su gloria, la gloria que corresponde al Hijo único del Padre, lleno de gracia y de verdad.”

¿Por qué hizo esto? ¿Por qué el Hijo de Dios entró en su creación? Para traer luz una vez más. Mira, el universo que Él creó con su palabra y llenó de su luz se había sumido en oscuridad y desesperación por el pecado. La oscuridad cubría cada rincón de lo más profundo de nuestros corazones, mentes, vidas y del mundo.

La voz que habló la luz a la existencia se convirtió en el niño que un día diría: “Yo soy la luz del mundo. El que me sigue no andará en oscuridad, sino que tendrá la luz de la vida.” (Juan 8:12 NVI).

Ponlo en Práctica – Medita

La meditación bíblica se trata de llenar tu mente con la Palabra de Dios, no de vaciarla. Práctica meditar en la Escritura leyéndola en familia o con amigos, de manera individual, en voz alta y en silencio. Deja que la Palabra de Dios empape tu mente y tu corazón, y luego ora la Escritura. Haz esto hoy con este pasaje: Juan 8:12.

Para la Familia

Idea Principal: Jesús vino a brillar su luz en nuestra oscuridad.
Pregunten juntos:

1. ¿Dónde vemos su luz en nuestras vidas hoy?
2. ¿Por qué es importante que Él sea la luz del mundo?

Oración

Jesús, luz del mundo, gracias por bajar a nuestra oscuridad. Llena cada sombra de mi corazón con tu presencia, y ayúdame a caminar en tu luz esta Navidad y siempre. Oro esto en tu poderoso Nombre. Amén.