El gozo de conocer a Dios

No cabe duda de que cuando conocemos la Palabra de Dios y nuestros ojos son abiertos al entendimiento de su ley, nuestra vida cambia. Somos más felices cuando, al conocer Su Palabra, decidimos caminar día a día en pos de ella.

Al conocer Su Palabra, conocemos el corazón del Padre; y al ver a Cristo revelado en las Escrituras, conocemos a Dios mismo.

¿Conoces tú a Dios a través de Su Palabra?
Cuando obedecemos lo que aprendemos en ella, andamos en Su ley y nuestros caminos se enderezan. No significa que no caeremos, sino que sabremos reconocer lo que agrada —y lo que no— al corazón de nuestro Dios.

Entonces, vale preguntarnos:
¿Guardamos sus mandamientos por amor o por simple religiosidad? Busquemos cumplirlos por amor y gratitud, recordando que Su misericordia, al perdonarnos en Cristo, es la única fuente de verdadera felicidad para quien se sabe pecador.

Buscar a Dios de todo corazón implica entregarnos sin reservas: un corazón no dividido, que no ama al mundo y a Dios al mismo tiempo; un corazón que deja atrás las viejas prácticas del pecado para permanecer en Su presencia.

Le buscamos en oración, en adoración, en el servicio a otros… pero es en Su Palabra donde más claramente le conocemos. Necesitamos conocer la Palabra de Dios, porque en ella se revela Su voluntad para nuestra vida. Con ella podemos caminar rectamente, vivir con coherencia y dar gloria a Dios.

Al mirarnos a la luz de Su Palabra, reconocemos cuánto nos falta y cuánto necesitamos de Su gracia. Que Dios nos ayude y nos dé gracia para andar siempre en Sus caminos. 🌿