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Discipulado Simple: Seguir a Jesús en la era digital y de la prisaMuestra

Discipulado Simple: Seguir a Jesús en la era digital y de la prisa

DÍA 3 DE 14

Día 3 – Lo que el discipulado NO es

Antes de entender qué significa seguir a Jesús, necesitamos aclarar lo que no significa.

Con el paso del tiempo, el discipulado ha sido cubierto por capas de tradición, programas y activismo religioso que, aunque bien intencionados, han terminado complicando lo que Jesús hizo simple.

Él no vino a crear un sistema, sino a formar corazones. No vino a establecer un método, sino a ofrecer una vida.

Muchos creyentes asocian el discipulado con un programa. Piensan que es un curso que se completa, un manual que se llena o una serie de pasos que conducen a la madurez. Pero Jesús nunca entregó un plan de estudios. Su modelo fue profundamente humano y cercano: compartir la vida.

Caminó con sus discípulos, comió con ellos, los escuchó, los corrigió y los envió. El discipulado fue relación, no currículo. Por eso, cuando pensamos que podemos “graduarnos” del discipulado, hemos perdido su esencia.

Otros creen que el discipulado consiste en activismo religioso. Confunden servir a Dios con estar ocupados para Dios. Marta lo experimentó en carne propia cuando, agitada y preocupada por los quehaceres, se quejó ante Jesús. Él le respondió:

“María ha escogido la mejor, y nadie se la quitará” (Lucas 10:42, NVI).

No se trata de cuánto hacemos, sino de cuánto permanecemos con Él. La presencia siempre precede al servicio. El activismo puede llenar nuestras manos, pero solo la comunión llena el corazón.

También hemos confundido el discipulado con acumular información. Pensamos que saber más Biblia equivale a madurar. Jesús confrontó esa mentalidad con palabras duras:

“Ustedes estudian con diligencia las Escrituras porque piensan que en ellas hallarán la vida eterna. ¡Y son ellas las que dan testimonio en mi favor! Sin embargo, ustedes no quieren venir a mí para tener esa vida” (Juan 5:39–40, NVI).

El discipulado no se trata de leer más, sino de venir a Él. El conocimiento que no conduce a la obediencia produce orgullo, no transformación.

Otro error común es creer que el discipulado es elitismo espiritual, reservado para los más maduros o capacitados. Sin embargo, Jesús llamó a pescadores, cobradores de impuestos y mujeres marginadas. Su llamado fue universal: “Sígueme.” El discipulado no es un club exclusivo; es una mesa abierta para todo el que quiera ser transformado.

Y finalmente, el discipulado no es perfección inmediata. Pedro negó a Jesús tres veces, Tomás dudó, los demás huyeron. Aun así, el Maestro los buscó, los perdonó y los restauró.

“Queridos hijos, por quienes vuelvo a sufrir dolores de parto hasta que Cristo sea formado en ustedes” (Gálatas 4:19, NVI).

Esa frase resume el corazón del discipulado: Cristo formándose en nosotros, paso a paso, con paciencia y gracia.Cuando reducimos el discipulado a programas, actividades o conocimiento, el resultado es predecible: cristianos cansados, superficiales y frustrados. Personas que saben mucho pero aman poco; que sirven sin gozo; que dependen de líderes humanos en lugar de depender de Cristo.

El discipulado distorsionado produce inmadurez. El discipulado simple produce vida.

Jesús nunca llamó a sus seguidores a ser perfectos, sino a ser perseverantes. Seguirlo implica reconocer nuestra fragilidad y depender de su gracia. No es una carrera por acumular logros espirituales, sino una vida de comunión constante.

El discipulado no es un programa de doce pasos; es una relación de mil encuentros con el mismo Jesús.Hoy el Señor sigue llamando, no a los que se sienten listos, sino a los que están dispuestos. Y su invitación sigue siendo la misma: “Sígueme.”Nada más, pero tampoco nada menos.

Llamado a la acción

  • Evalúa tu motivación: ¿Por qué haces lo que haces en tu vida espiritual?
  • Haz silencio: deja que el Espíritu te muestre si has reemplazado presencia con actividad.
  • Lee los evangelios esta semana: observa cómo Jesús discipula con sencillez.
  • Recuerda: no se trata de “hacer para Jesús”, sino de “estar con Jesús”.

Acerca de este Plan

Discipulado Simple: Seguir a Jesús en la era digital y de la prisa

Este plan devocional de 14 días, basado en el libro Discipulado Simple: Seguir a Jesús en la era digital y de la prisa de Felipe Echeverri, te invita a redescubrir la esencia del seguimiento a Jesús en medio del ruido y la prisa moderna. A través de reflexiones profundas y prácticas, aprenderás a vivir una fe sencilla, relacional y transformadora, centrada en amar a Dios, amar a las personas y hacer discípulos.

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Nos gustaría agradecer a Felipe Echeverri por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: www.martepodcast.com/discipuladosimple