Discipulado Simple: Seguir a Jesús en la era digital y de la prisaMuestra

Día 7 – Obstáculos y distracciones modernas
Vivimos en la era de la inmediatez.
Todo está a un clic, todo ocurre al instante. Pero la formación espiritual no sigue el ritmo de la tecnología. Mientras el mundo se acelera, Jesús sigue caminando al paso del amor, al paso del alma.
Y ese contraste revela uno de los mayores desafíos del discipulado hoy: la prisa.La prisa no solo agota el cuerpo; seca el alma.Nos empuja a hacer más, pero a ser menos.Queremos resultados espirituales rápidos, experiencias profundas sin proceso, madurez sin tiempo.
Sin embargo, el discipulado no puede apurarse. Jesús no formó a sus discípulos en un retiro de fin de semana, sino en años de convivencia. El crecimiento espiritual necesita lentitud.
El autor de Hebreos nos exhorta: “Despojémonos de todo peso que nos estorbe, y del pecado que nos enreda, y corramos con perseverancia la carrera que tenemos por delante, fijando la mirada en Jesús, el iniciador y perfeccionador de nuestra fe” (Hebreos 12:1–2, NVI).
En un mundo de distracción constante, fijar la mirada en Jesús es un acto revolucionario.
El discipulado comienza cuando recuperamos la capacidad de prestar atención.La distracción es el nuevo enemigo del alma.Pasamos horas conectados y, aun así, nos sentimos vacíos.El ruido externo se convierte en ruido interno: pensamientos acelerados, comparaciones, ansiedad.
Sin darnos cuenta, la atención —ese regalo que debería pertenecer a Dios— la hemos repartido entre pantallas, notificaciones y voces que no nos conocen.
Jesús sigue hablando, pero estamos demasiado distraídos para escucharlo.
Efesios 5:15–16 nos recuerda: “Así que tengan cuidado de su manera de vivir. No vivan como necios sino como sabios, aprovechando al máximo cada momento oportuno, porque los días son malos” (NVI).
Cada momento tiene el potencial de convertirse en un encuentro con Dios, si aprendemos a estar presentes.
El discipulado simple nos llama a eso: a recuperar la presencia consciente en un mundo distraído.
Otro obstáculo moderno es la sobreexposición. Nos hemos acostumbrado a medir valor por visibilidad.
Queremos mostrar logros espirituales, publicar nuestras experiencias, compartir cada instante. Pero Jesús enseña otra lógica: el Reino crece en lo oculto.
Él dijo: “Cuando ores, entra en tu cuarto, cierra la puerta y ora a tu Padre, que está en lo secreto” (Mateo 6:6, NVI).
El discipulado verdadero se cultiva más en lo invisible que en lo público. Allí donde nadie ve, Dios forma el corazón.
También enfrentamos la distracción de la comparación. Miramos la vida espiritual de otros y sentimos que la nuestra no es suficiente. Pero Dios no está formando copias, sino discípulos únicos.
El ritmo de tu formación no es lento ni rápido: es el ritmo perfecto de Dios para ti.Si queremos crecer como discípulos, debemos recuperar la práctica de la quietud.
“Desvía mi vista de cosas inútiles; dame vida conforme a tu palabra” (Salmo 119:37, NVI).
Aprender a detenernos, a escuchar, a respirar, a estar con Jesús sin producir nada. El discipulado requiere silencio tanto como acción.
Quizás hoy sientes que tu mente está fragmentada, tu alma acelerada y tu corazón disperso. Jesús te invita nuevamente a su ritmo: el ritmo de la gracia.
No necesitas correr para alcanzarlo. Solo necesitas detenerte para encontrarlo.
Llamado a la acción
- Haz un ayuno digital: desconéctate una hora al día para escuchar a Dios.
- Practica la quietud: cinco minutos de silencio cada mañana, sin distracciones.
- Revisa tus hábitos: ¿qué te roba más tiempo y atención?
- Crea un “espacio sin pantallas” en tu día para orar o leer la Palabra.
- Recuerda: el discipulado crece donde la prisa muere.
Acerca de este Plan

Este plan devocional de 14 días, basado en el libro Discipulado Simple: Seguir a Jesús en la era digital y de la prisa de Felipe Echeverri, te invita a redescubrir la esencia del seguimiento a Jesús en medio del ruido y la prisa moderna. A través de reflexiones profundas y prácticas, aprenderás a vivir una fe sencilla, relacional y transformadora, centrada en amar a Dios, amar a las personas y hacer discípulos.
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Nos gustaría agradecer a Felipe Echeverri por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: www.martepodcast.com/discipuladosimple









