La urgencia de la tarea evangelística (Segunda parte)

La lectura de hoy es la continuación de la Sección 9 del Pacto de Lausana: La urgencia de la tarea evangelística. Lea aquí .

Una reducción de misioneros y fondos extranjeros podría ser necesaria en ocasiones para facilitar una mayor autosuficiencia de la iglesia nacional y liberar recursos para regiones no evangelizadas. Los misioneros deberían fluir cada vez más libremente desde y hacia los seis continentes, en un espíritu de servicio humilde. La meta debe ser, por todos los medios disponibles y en el menor tiempo posible, que toda persona tenga la oportunidad de escuchar, entender y recibir la buena noticia. No podemos esperar alcanzar esta meta sin sacrificio.

Esta sección también se centra en los aspectos prácticos de la actividad misional transcultural.

Misioneros transculturales

Desde la redacción del Pacto, el panorama de la misión mundial ha cambiado drásticamente. Miles de misioneros del Sur Global sirven ahora con gran impacto en Occidente, mientras que muchos más sirven transculturalmente en sus propios países o en países vecinos.

Si bien en ciertas situaciones puede ser conveniente considerar una reducción en el número de misioneros transculturales o en la financiación externa, debe entenderse a la luz de tres requisitos importantes:

• Primero, dicha reducción solo se aplicaría en países que ya están bien evangelizados.
• Segundo, el objetivo de dicha reducción sería fortalecer la autosuficiencia de la iglesia local. En algunos casos, los misioneros han obstaculizado involuntariamente el crecimiento al permanecer demasiado tiempo en puestos de liderazgo, obstaculizando el desarrollo del liderazgo local y perpetuando una dependencia inmadura. Debemos reconocer este error y aprender de él.
• En tercer lugar, el objetivo final nunca sería reducir el avance misionero general, sino acelerarlo, liberando recursos para las muchas regiones que aún no han sido alcanzadas por el evangelio. Nuestro deseo debería ser expandir, no limitar, la fuerza laboral misionera. Pero esto requiere obreros que sirvan con humildad y amor, no con orgullo ni prepotencia; necesitamos siervos que lleven la palabra de vida a todos.

El objetivo final permanece inalterado: por todos los medios disponibles y lo antes posible, toda persona debe tener la oportunidad de escuchar la buena noticia, no de forma casual ni superficial, sino de una manera que pueda comprender verdaderamente y, por la gracia de Dios, creer y recibir la buena noticia.

Reflexión:

¿De qué manera se podría llevar a cabo la misión transcultural de manera más eficaz en su región?

Oración:

Señor, hazme un siervo humilde, dispuesto a ir a cualquier lugar y servir a cualquiera para tu gloria.