Introducción al Pacto de Lausana

Al comenzar este recorrido de 30 días a través del Pacto de Lausana, leemos el inicio de una conversación mundial que sigue dando forma al pensamiento y la acción evangélicos. El Pacto es un documento fundamental para el cristianismo evangélico que describe las creencias y estrategias básicas para la misión mundial, haciendo hincapié en la evangelización, el discipulado y el compromiso social. Ha dado forma a la misión mundial desde su aceptación en 1974, uniendo a cristianos de todos los rincones del mundo en un compromiso compartido para que toda la iglesia lleve todo el evangelio a todo el mundo.

La lectura de hoy es la Introducción y la Conclusión del Pacto de Lausana. Lea la Introducción aquí y la Conclusión aquí .

Nosotros, miembros de la iglesia de Cristo Jesús de más de 150 naciones, participantes del Congreso Internacional de Evangelización Mundial en Lausana, alabamos a Dios por su gran salvación y nos regocijamos en la comunión que nos ha dado con él y entre nosotros. Nos sentimos profundamente conmovidos por lo que Dios está haciendo en nuestros días, movidos a la contrición por nuestros fracasos y desafiados por la tarea inconclusa de la evangelización. Creemos que el evangelio es la buena noticia de Dios para todo el mundo, y estamos decididos, por su gracia, a obedecer la comisión de Cristo de proclamarla a toda la humanidad y hacer discípulos de cada nación. Deseamos, por lo tanto, afirmar nuestra fe y nuestra resolución, y hacer público nuestro pacto.

Conclusión

Por tanto, a la luz de esta fe y esta resolución nuestras, hacemos un pacto solemne con Dios y entre nosotros de orar, planear y trabajar juntos para la evangelización de todo el mundo. Hacemos un llamado a otros para que se unan a nosotros. ¡Quiera Dios ayudarnos por su gracia, y para su gloria, a ser fieles a este pacto nuestro! ¡Amén, Aleluya!

Fe y determinación

El evangelio es la buena noticia de Dios para todo el mundo, y el Señor Jesús resucitado mandó a su iglesia proclamar esta buena noticia a todas las personas, haciendo discípulos de todas las naciones (Marcos 16:15; Mateo 28:19). Esto requiere tanto fe como acción. Creer en el evangelio conduce a obedecer la comisión del evangelio.

Esta comisión es llevar la buena noticia al alcance significativo de cada persona en la tierra. Es una tarea vasta y urgente, que requiere la movilización de todo el pueblo de Dios y, sobre todo, la gracia de Dios. No podemos depender de nuestras propias fuerzas. Nuestra única esperanza para permanecer fieles a este llamado reside en la gracia de Dios, y nuestra motivación debe ser siempre su gloria.

Nuestra postura debe ser de humildad, ya que el reino que buscamos no es el nuestro, sino el de Dios (Mateo 6:33). El Pacto de Lausana fue redactado y firmado con un espíritu de humildad y confesión por aquellas personas comprometidas con tres prioridades: orar juntos, planificar juntos y trabajar juntos por la evangelización de todo el mundo. Muchísimas personas más se han comprometido con esta labor con el mismo espíritu.

Reflexión:

¿Se comprometerá usted con este recorrido que conduce a la fe y a la determinación, orando, planificando y trabajando para que el evangelio llegue a todo el mundo?

Oración:

Señor Jesús, al comenzar este recorrido, enséñame a escuchar, aprender y seguirte para tu gloria y el bien del mundo. Amén.