Rasgado: Confiar en Dios cuando permite que otros te lastimenMuestra

Sobreviviendo el desierto

Entonces, ¿cómo sobrevivimos el desierto? ¿Cómo seguimos caminando a través de lo desconocido y no planificado? Las plantas y la vida silvestre del desierto tienen formas especiales de sobrevivir sin lluvias regulares y en condiciones duras. El secreto es cómo almacenan agua para los períodos sin lluvia. Algunos árboles del desierto tienen largas raíces principales que crecen profundamente en el suelo en busca de fuentes de agua.

Otros tienen múltiples raíces poco profundas para extraer tanta humedad como sea posible, mientras que otros tienen raíces engrosadas, tubérculos o bulbos que almacenan alimento y agua bajo tierra. Algunas plantas del desierto permanecen escondidas como semillas en el suelo y germinan cuando finalmente llueve.

Los camellos tienen reservas de grasa en sus jorobas que pueden descomponerse en alimento y pueden resistir por semanas después de beber muchos galones de agua. Esencialmente, sobrevives al desierto echando raíces profundas y almacenando alimento y agua. Sigue alimentándote de la Palabra de Dios y acudiendo a la fuente de agua. Esos depósitos o reservas darán fruto a su debido tiempo.

Sobrevives al desierto con las herramientas y suministros correctos. Los botes pueden ser vehículos maravillosos, pero todos podemos estar de acuerdo en que son inútiles en el desierto. Para viajar por el desierto, necesitas camellos (o esos divertidos carritos de dunas), ropa adecuada, gafas de sol, comida, agua y un guía que sepa hacia dónde va y cómo llegar.

Lo mismo se aplica a nuestros desiertos emocionales y espirituales. Necesitamos las herramientas adecuadas. Necesitamos llenar nuestras reservas, necesitamos una fuente de agua. El Señor nos las proporciona a través de Su Palabra, el Espíritu Santo y a través del aliento de otros que han cruzado desiertos antes y pueden ayudarnos a llegar al otro lado. Y también nos da la herramienta de la adoración.

Desiertos de Sombra de lluvia

Los desiertos de Sombra de lluvia son desiertos que se producen cuando grandes montañas bloquean el camino del viento portador de lluvia. El viento es empujado hacia arriba por la montaña y se enfría a medida que asciende, provocando un descenso de la temperatura que libera la lluvia de las nubes. El viento continúa sobre la montaña sin lluvia, creando exactamente lo contrario junto al desierto: una selva tropical.

Creo que los desiertos de Sombra de lluvia contienen una lección oculta. Cuando cantamos en las noches más secas y oscuras, Dios se mueve. Nuestra alabanza se convierte en una montaña que provoca lluvias. Cuando le alabamos, derrama Su gracia sobre nosotros, creando refrescantes selvas tropicales justo al lado de nuestros desiertos.

No necesitamos morir de sed en el desierto. Podemos transformarlos en selvas tropicales cuando le adoramos. Nuestra alabanza mueve a Dios a librarnos de maneras milagrosas.

Esto se muestra hermosamente en Hechos, capítulo 16. Pablo y Silas, amados misioneros y creyentes que fueron desgarrados, golpeados, azotados y encarcelados. Aunque sus cuerpos estaban heridos, eligieron orar y cantar en la medianoche. Dios usó esa oportunidad para mostrar Su poder, librarlos y traer salvación al carcelero y a su familia, ¡quienes fueron bautizados esa misma noche!

En medio de nuestra aflicción, cuando elegimos adorar, preparamos el escenario para que Dios haga cosas poderosas. Él se mueve de maneras impredecibles cuando adoramos como sacrificio de obediencia.

Cuando aprendemos a vivir en el desierto confiando únicamente en Su gracia y presencia, algo le sucede a nuestra fe. Podríamos sentir que es tan pequeña como una semilla de mostaza, pero eso es todo lo que necesitamos para orar tan audazmente como Josué, porque hemos sido testigos de que nada es imposible para nuestro Dios.

Hay una increíble cantidad de poder en nuestras decisiones. Los hermanos de José eligieron hacer lo que hicieron. José eligió romper patrones y optar por una vida de rectitud. Y Dios ordenó las cosas para cumplir Su promesa a Abraham.

Tenemos una gran ventaja sobre José: sabemos cómo termina la historia y cuál fue el impacto de sus decisiones para su familia y la nación de Israel. José no tenía ni idea de la vida que le esperaba en Egipto. Pero estaba decidido y totalmente entregado.

Eligió la rectitud sobre la miseria.

Eligió la libertad sobre la amargura.

Eligió confiar cuando todo era incierto.

No sabemos cuál será el impacto de nuestra historia. No podemos ver el cuadro completo de lo que Dios está haciendo en nosotros y lo que hará a través de nosotros. Pero cuando decidimos rendirnos por completo, podemos estar seguros de que Dios obrará a nuestro favor, incluso si tenemos que esperar mucho tiempo para verlo. Nuestro quebranto tiene la posibilidad de convertirse en la mayor bendición de nuestra vida.

Para meditar:

• ¿Has estado en el desierto? Si es así, ¿por cuánto tiempo? ¿Qué crees que te mantiene allí?
• ¿Qué piensas del Dios del desierto? ¿Lo estás buscando o lo estás rechazando?
• ¿Necesitas incorporar más adoración en tu vida?
• ¿Qué otras lecciones de vida puedes encontrar en los desiertos de Sombra de lluvia?
• ¿Qué herramientas de supervivencia en el desierto has implementado o puedes implementar en tu historia?