Rasgado: Confiar en Dios cuando permite que otros te lastimenMuestra

Han pasado dos años desde que José interpretó el sueño del copero y 13 años desde que José fue vendido por sus hermanos. Para él, era otro día cotidiano de servicio en la prisión. Para Dios, era hora de comenzar el show. Toda la planificación finalmente estaba a punto de ser revelada; José estaba por recibir la mejor sorpresa de su vida.

La noche anterior, el Faraón tuvo dos sueños que lo perturbaron, por lo que consultó con todos sus sabios, pero nadie pudo interpretar los sueños. Observando en una esquina todo lo que estaba pasando, el copero. De repente, la nube gris sobre su olvidadizo cerebro desapareció y ¡se acordó de José!

"El Faraón mandó llamar a José y enseguida lo sacaron de la cárcel. Luego de afeitarse y cambiarse de ropa, José se presentó ante el Faraón". (Génesis 41:14 NVI).

Años después de perder su túnica de colores y vestirse como prisionero, José recibió ropa nueva. Se afeitó, se vistió y, tan de repente como fue arrojado al pozo sin agua, fue llevado ante el rey de Egipto. ¡Cómo me gustaría haber presenciado esa transformación!

Este era el momento que Dios había estado preparando, la razón del don de José, ¡no había nadie más que pudiera interpretar esos sueños sino él! Y una vez más, su respuesta al Faraón demuestra a un hombre rendido a la soberanía de Dios. El Faraón le dijo: "...Tuve un sueño que nadie ha podido interpretar. Pero me he enterado de que, cuando tú oyes un sueño, eres capaz de interpretarlo. —No soy yo quien puede hacerlo —respondió José—, sino que es Dios quien dará al Faraón una respuesta favorable". (Génesis 41:15,16 NVI)

José estaba vestido de humildad. El patrón de orgullo y autosuficiencia que podría haber repetido se rompió. Era un hombre transformado, listo para un destino que no tenía idea cuán grande e increíble estaba a punto de ser revelado.

Los sueños

El Faraón compartió con José sus dos sueños, sueños extraordinarios y una forma fenomenal en que Dios reveló el futuro, pero sobre todo, la solución milagrosa que salvó millones de vidas, provista a través del instrumento más inesperado: un hebreo esclavo y prisionero.

La interpretación le fue revelada a José: venían siete años de gran abundancia, seguidos de siete años de hambruna severa. La razón por la que hubo dos sueños para el mismo asunto fue porque "Dios ha resuelto firmemente hacer esto y lo llevará a cabo muy pronto" (Génesis 41:32 NVI). Por favor, no te pierdas ese detalle. Dos sueños con la misma interpretación significaban que lo que Dios reveló era tan seguro como el sol cada mañana. Esto sucederá.

Cuando esas palabras salieron de la boca de José, ¿recordaría los dos sueños que él tuvo a los 17 años? Si dos sueños significaban firme determinación por parte de Dios, entonces sus dos sueños que habían quedado olvidados en el pasado eran inminentes. Si Dios lo dijo, Dios lo hará.

La respuesta de José no se limitó a interpretar los sueños: aprendió lo suficiente como administrador para ofrecer una solución. Trece años de entrenamiento, a través de lo que probablemente consideró los trabajos menos importantes, florecieron en una asombrosa sabiduría en presencia de los supuestamente sabios de Egipto (lee Génesis 41:33-40).

Y en solo una cuestión de minutos, un prisionero esclavo destinado a morir en un calabozo, se convierte en el segundo hombre más poderoso de Egipto. ¡Solo Dios podría haber orquestado ese resultado!

Si el copero no hubiera olvidado a José, ¿qué era lo máximo que José podría haber logrado a través de sus esfuerzos? No lo sabemos, ¡pero definitivamente no habría sido la madre de todas las promociones! El plan de Dios era infinitamente mejor, y la avalancha de bendiciones que le esperaban a José apenas estaba comenzando.

El entrenamiento

¿Cómo supo José la cantidad específica de cosecha que necesitaban almacenar? Una quinta parte de la cosecha era una cantidad específica que solo sus trabajos cotidianos y su entrenamiento podrían haberle enseñado. A menudo despreciamos nuestros trabajos en el mientras tanto sin darnos cuenta de que son precisamente lo que necesitaremos para la tarea que tendremos más adelante.

José no estaba tratando de autopromocionarse al sugerir un plan de acción. Es posible que él pensara que regresaría a la prisión después de esa reunión. Además, deben haber otros hombres con experiencias drásticamente mejores para ocupar el puesto que José sugirió que se creara. Hombres que habían servido al Faraón durante años, expertos políticos que diariamente buscaban ganarse su aprobación y confianza, compitiendo por una oportunidad de influencia y poder. ¡Entonces aparece este prisionero hebreo (y bello también) y consigue el trabajo de sus sueños! La experiencia laboral de José no era impresionante, pero el Dios a quien servía era magnífico.

Tal vez los sueños y visiones que pensaste que Dios te dio fueron enterrados bajo las responsabilidades diarias de ser un cuidador. ¿Has subestimado tu trabajo y tu tiempo como padre o madre que se queda en casa? Podrías sentir que todos los demás están a kilómetros de distancia. Todos los demás están logrando o han logrado sus sueños, mientras tú has estado ocupado cambiando pañales.

Un desgarre puede haberte detenido de perseguir una idea de negocio. Te has resignado a un trabajo por el que no sientes ninguna pasión porque paga las facturas y tienes personas que dependen de ti. Sientes que un pedazo de tu alma muere cada día, enterrando lentamente lo que quedaba del joven soñador que solías ser.

Quizás eres un padre o madre alejado de tus hijos debido a las acciones de otra persona, y día tras día te duele y anhelas tener a tus hijos de vuelta en tu vida.

Tal vez te sientes avergonzado porque no te graduaste de la escuela secundaria o no terminaste un título que comenzaste. Crees que para lograr cosas más grandes necesitas hacer algo extraordinario para sobresalir por encima de los demás en este mundo competitivo.

La historia de José, sin embargo, nos anima a perseverar en el camino de la rectitud, a superar el dolor y a confiar en que Dios nos moverá al lugar que ha destinado para cada uno de nosotros cuando sea el momento adecuado.

Dios te dará exactamente lo que necesitas para lo que ha preparado para ti. De hecho, probablemente ya lo tienes y no lo sabes. Si los sueños eran incuestionablemente sueños de Dios, puede que haya otros más calificados que tú en papel, pero ninguno tomará el lugar que diseñó para ti, a menos que te rindas. No subestimes tus dones o trabajos, suelen ser el entrenamiento necesario para el papel que solo tú puedes cumplir. Puede que no sea rápido, pero parecerá repentino.

De hijo favorito... a esclavo... a prisionero... a "vicepresidente" del país.

Suena no sólo inconcebible, sino imposible. Pero cuando confías en Dios, Él es fiel. Él cumplirá Sus promesas. Es imposible que no lo haga. Él está a punto de mover las piezas en el tablero de José de la manera en que solo el Dios que crea estrellas y galaxias con una palabra puede hacerlo. Prepárate, este es el punto donde todo cambia.

Para meditar:

• ¿Qué significa para ti la respuesta de José: "No soy yo quien puede hacerlo, sino que es Dios..."?
• ¿Cómo tus trabajos o la trayectoria de tu carrera han impactado a tus sueños?
• ¿Está Dios reavivando un sueño en tu vida? ¿Es diferente ahora?