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Rasgado: Confiar en Dios cuando permite que otros te lastimenMuestra

Rasgado: Confiar en Dios cuando permite que otros te lastimen

DÍA 2 DE 30

Hace unos años, estaba leyendo la historia de José en Génesis. Siempre me ha fascinado su historia, y ha sido fundamental en mi vida desde que era una niña. Ese año, había estudiado cinco enseñanzas diferentes basadas en la historia, cada una mostrándome algo nuevo. Una inquietud persistente en mi espíritu me impulsó a leerla de nuevo. Y lo que sucedió esa mañana fue uno de esos encuentros inesperados con Dios que tuvieron un impacto profundo en la trayectoria de mi vida en los años siguientes.

A menudo, Dios se manifiesta o habla cuando menos lo esperamos. La Biblia está llena de historias de estos encuentros sorpresa, milagros y transformaciones. A Dios le encanta lo inesperado. Él llega como un relámpago en un estruendo de "hágase la luz", o en un susurro sutil pero perceptible en el viento. No llega tarde, simplemente cuando no pensábamos que sucedería. Inesperadamente. Esa mañana, un versículo que había leído docenas de veces saltó a mi vista como si lo estuviera leyendo por primera vez. Me detuve por un minuto, intensamente consciente de la anhelada presencia de Dios. "Creo que vas a hablarme, Espíritu Santo. Abre mi corazón para recibir tu instrucción", oré sinceramente.

Verás, no esperaba que eso sucediera. En todo caso, estaba leyendo la Biblia por obediencia y desesperación, sabiendo que necesitaba las palabras de Dios más que nunca. Estaba en medio de un doloroso divorcio y luchaba contra una profunda depresión. Buscaba respuestas para confrontar la oscuridad que amenazaba con destruir todo lo que amaba. Como sólo las palabras de Dios tienen ese poder, leía, oraba y esperaba. No podía entender por qué Dios me permitía atravesar este terrible quebrantamiento, y por qué no había intervenido en mi momento de necesidad.

Mis circunstancias me hicieron dudar de todas las cosas que creía que Dios me había dicho. No podía dejar de pensar que de alguna manera había arruinado Sus planes y que nada volvería a tener sentido.

Al mismo tiempo, experimentaba la gracia de Dios de maneras muy palpables, pero el dolor siempre estaba presente. Mi corazón, adolorido. Las lágrimas, fluyendo. Mi alma estaba cargada por una desesperanza que no lograba apagar no importa lo que intentara. Aunque oraba constantemente, ciertamente no imaginaba que esa mañana marcaría un claro antes y después en mi historia.

Al leer Génesis 37, dos versículos se destacaron de una manera diferente:

"Sucedió, pues, que cuando llegó José a sus hermanos, ellos quitaron a José su túnica, la túnica de colores que tenía sobre sí; y le tomaron y le echaron en la cisterna; pero la cisterna estaba vacía, no había en ella agua." (Génesis 37:23, 24 RVR1960)

Ese día, leí la Palabra en inglés, y la palabra que utiliza la versión NIV para quitarle la túnica es stripped, o rasgado, desgarrado o despojado. Esa palabra en inglés denota que le rasgaron su ropa. Para efectos de este estudio, cuando hablemos de stripped, usaré la palabra rasgado o desgarrado, ya que eso fue lo que usó Dios para hablarme todo lo que expondré. Desgarrada era precisamente como me sentía. Como si mis vestidos hubieran sido rasgados y yo quedé sedienta en una cisterna vacía, sin nada que calmara mi angustia.

Meditando en el versículo, pensé en lo que la túnica de colores de José pudo haber significado para él. Sabemos que fue un regalo de su padre, Jacob, y que los otros 11 hijos no recibieron una igual. Algunas traducciones dicen que era una túnica de muchos colores, otras la llaman una túnica adornada. En cualquier caso, era una ropa distintiva, porque sus hermanos lo identificaron a la distancia cuando la llevaba puesta.

La túnica representaba el favoritismo de su padre. Era motivo de celos para sus hermanos y un símbolo de la identidad de José como el hijo preferido. Era un soñador literal con un futuro brillante por delante. A la tierna edad de 17 años, Dios le mostró a través de sueños que su familia se inclinaría ante él algún día. ¡Claro, eso era lo último que los hermanos necesitaban oír! Le tenían tantos celos que no podían hablarle amablemente. Y en ese momento desgarrador, su destino, identidad y sueños fueron aparentemente destruidos por sus hermanos al rasgar su túnica y arrojarlo a la cisterna.

Al igual que José y su túnica, mi propósito y lo que había llegado a definir mi vida, mi familia, me fue arrebatado. Los planes para mi futuro y el de mis hijas desaparecieron en un instante. Estaba en un pozo, una cisterna vacía sin agua, sin respuestas, sin sentido, sin identidad. Mi túnica de colores desapareció...y yo me sentía desgarrada.

Busqué la definición de "stripped" y describía mi situación: "haberle quitado una cubierta, ropa, equipo o mobiliario; haberle quitado partes o elementos utilizables...; tener o contener lo esencial, sin características o accesorios adicionales".

La definición encapsulaba lo que estaba viviendo; componentes esenciales de mi vida habían sido removidos, y no estaba segura de cómo seguir adelante. Mientras pensaba en la palabra "rasgado", la pregunta que inmediatamente surgió fue, ¿qué es lo opuesto de ser rasgado? Según la definición anterior, sería vestida, cubierta, con ropa.

Me impresionó todo lo que la Biblia dice sobre ambas cosas. Descubrí similitudes y conexiones con mi vida que me llevaron a entender el dolor y cuándo Dios permite que otros nos hieran de una manera diferente.

Me gustaría decirte que al final de esa semana mis actitudes, perspectivas de vida e incluso mi teología cambiaron radicalmente y que la depresión empacó sus maletas y se marchó. Pero, aunque Dios puede y sí sana y restaura a las personas en un instante, la mayoría de los procesos de restauración toman tiempo. Especialmente cuando los traumas severos pueden ocurrir en cuestión de minutos, pero el proceso de sanidad puede tomar años.

Lo que Dios me reveló esa mañana estableció la base sobre la que Él construyó una estructura sólida para las tormentas violentas que enfrenté. Pasé los siguientes cinco años estudiando estos pasajes y descubriendo tesoros que, sin darme cuenta, estaban sanando mi quebrantado corazón.

¿Puedes identificarte con José? ¿Puedes relacionarte con la sensación de tener vestimentas rasgadas y ser arrojado a una cisterna sin idea de cómo salir? Quizás fuiste desgarrado por los más cercanos a ti o por alguien que se suponía que te amara y protegiera. ¿Sentiste como si tu identidad se hubiera perdido o alterado después de lo que sucedió? No hay agua en tu cisterna y luchas por entender a dónde ir desde aquí.

Si esa es tu historia, oro que el amor de Dios y el poder de Su luz invadan tu corazón y alma a través de este estudio. Creo que tu historia está a punto de cambiar y que Él te está extendiendo la mano incluso en este mismo momento para abrazarte en tu quebrantamiento.

Para meditar:

  • ¿Hay algo en tu vida que te haya hecho sentir desgarrado?
  • ¿Cómo ha impactado eso tu vida?
  • ¿Cómo ha afectado tu relación con Dios?
  • ¿Cuál era tu "túnica de colores" o identidad? ¿Ha sido alterada?

Escrituras

Acerca de este Plan

Rasgado: Confiar en Dios cuando permite que otros te lastimen

Usando la historia de José como base, Rasgado aborda la lucha por reconciliar el amor de Dios con el dolor. Si nos ama, ¿por qué permite que otros nos lastimen? Este plan nos enseña cómo volver a tener esperanza e intimidad con Dios a pesar del sufrimiento, cómo confiar en Sus planes y poder para redimir nuestras historias, tener éxito en la tierra de nuestro aflicción y olvidar, fructificar y perdonar. Es una adaptación del libro en inglés "Rasgado: Confiar en Dios cuando permite que otros te lastimen" de Karenlie Riddering.

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Nos gustaría agradecer a Apertura812 por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: karenlie.wixsite.com/apertura