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“El Camino de Regreso al Padre”
Dios siempre tuvo un plan para reconciliar al mundo consigo mismo. Su propósito jamás fue dejarnos alejados, sin esperanza, a causa del pecado. Todo lo contrario: desde el principio pensó en la manera de traernos de vuelta a sus brazos, tal como el hijo pródigo regresó a su padre, envuelto en amor, arrepentimiento y perdón (Lucas 15:11-32).
El mundo nos seduce para vivir lejos de Dios, siguiendo nuestros propios deseos, pero una vez caemos en su trampa, nos acusa, condena y desprecia sin compasión. El sistema del mundo ofrece placer momentáneo y luego abandona con culpa y vacío. Dios, en cambio, preparó un camino de regreso: envió a su Hijo a morir en nuestro lugar, y mediante ese sacrificio tenemos acceso al perdón y la reconciliación (Romanos 5:8; 2 Corintios 5:18-19).
A veces, como humanos, nos cuesta comprender cómo alguien puede perdonar tanta maldad, desprecio y humillación. Pero esa incomprensión se desvanece cuando vamos a la Palabra de Dios y recordamos que Él entregó a su único Hijo para cargar con nuestros pecados. No hay amor más grande que este (Juan 3:16; 1 Juan 4:9-10).
Desde Génesis hasta Apocalipsis, la Biblia nos narra una historia constante: Dios, una y otra vez, extendiendo su mano a una humanidad que le da la espalda. Y cada vez que regresamos, Él está allí, listo para restaurar, sanar y perdonar (Isaías 1:18; Miqueas 7:18-19).
Hoy tú y yo podemos vivir esa realidad. No estamos condenados. Tenemos un lugar en la mesa del Padre, que nos invita a compartir su banquete, no por mérito propio, sino por gracia (Efesios 2:8-9).
Lo más maravilloso es que no tenemos que esperar al cielo para disfrutar de esa gracia. Aquí y ahora, podemos vivir libres del peso del pecado, abrazados por el amor de Dios. Cuando venimos con un corazón arrepentido, hallamos perdón, restauración y libertad. Nuestros pecados son borrados, y podemos vivir celebrando el gozo del perdón y la salvación que solo nuestro Padre puede ofrecer (Salmo 103:12; Hechos 3:19).
Reflexiona:
- ¿Has estado huyendo del Padre, creyendo que no mereces su perdón?
- ¿Qué cargas podrías soltar hoy si creyeras de verdad que ya has sido perdonado?
- ¿Cómo puedes vivir en gratitud diaria por el sacrificio de Jesús?
Oración:
Señor, gracias por abrir el camino de regreso hacia Ti a través del sacrificio de Jesús. Ayúdame a comprender la magnitud de Tu perdón, a vivir en libertad y a compartir con otros el gozo de Tu salvación. Hoy me acerco a Ti con un corazón humilde, confiando en Tu amor y restauración. Amén.
Acerca de este Plan

Hoy, el ser humano busca desesperadamente aquello que pueda cambiar su vida, algo que traiga una transformación completa y le llene de paz en medio del caos que vivimos. El propósito de este devocional es ayudarte a comprender que en la Palabra de Dios puedes encontrar vida, y vida en abundancia. En ella se encuentra la respuesta que necesitas y la plenitud que anhela tu alma.
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Nos gustaría agradecer a Enkayros por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: www.enkayros.com
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