"¿Quieres Oír a Dios? Escucha Su Palabra"

¿Quieres conocer la voz de Dios? Comienza por escudriñar Su Palabra. Es a través de ella que Dios nos habla en primera instancia. Antes de que desarrollemos una relación tan profunda que nos permita reconocer la voz del Espíritu Santo en nuestro interior, Dios ya nos está hablando claramente por medio de la Biblia.

Nunca lo dudes: la voz de Dios está completamente contenida en las Escrituras. Allí encontramos Su dirección, Su voluntad para nuestras vidas, Su consejo, y también Sus advertencias para que no pequemos. En la Biblia se nos revelan las consecuencias de caminar en desobediencia, pero también las bendiciones de andar conforme a Su voluntad. Como dice el salmista:
“Lámpara es a mis pies tu palabra, y lumbrera a mi camino” (Salmo 119:105 RVR60).

La Palabra de Dios no es un acertijo ni está escrita en códigos inentendibles. Al contrario, Él se ha revelado con claridad, para que todos podamos entender Su verdad. “Porque estas palabras no te son ocultas ni están lejos de ti… la palabra está muy cerca de ti, en tu boca y en tu corazón, para que la cumplas” (Deuteronomio 30:11,14 RVR60).

Sus designios son firmes y eternos. Nada ocurre fuera de Su plan, pues todo ha sido establecido desde antes de la fundación del mundo. Cada uno recibirá conforme a sus obras (Romanos 2:6).

La Biblia es la voz misma del Creador, escrita en páginas llenas de sabiduría, amor, perdón, redención, sacrificio, gracia, misericordia y libertad. Es un mensaje accesible para todos, sin excepción de personas. “Toda la Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia” (2 Timoteo 3:16 RVR1960).

Su propósito es que Su voz sea oída en cada rincón del planeta, porque “el Señor no quiere que nadie perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento” (2 Pedro 3:9 RVR1960).

Él anhela que cada corazón escuche Su voz, y eso solo será posible si Su Palabra es proclamada fielmente. Nuestra tarea es difundirla, vivirla y obedecerla.

Reflexiona:

1. ¿Dedicas tiempo diario para escuchar la voz de Dios a través de Su Palabra?
2. ¿Has aprendido a reconocer la diferencia entre tus pensamientos y la voz del Espíritu Santo?
3. ¿Qué cambios puedes hacer hoy para profundizar tu relación con Dios mediante la lectura bíblica?

Oración final:

Señor, gracias por hablarme a través de Tu Palabra. Ayúdame a desarrollar una relación más profunda contigo, para que pueda reconocer Tu voz con claridad y obedecer tus mandamientos. Que Tu Palabra transforme mi mente y guíe mis pasos. Llévame a compartir este mensaje con otros, para que muchos más puedan escucharte y venir a ti. En el nombre de Jesús, amén.