“Conociendo al Dios que Quiere Ser Conocido“

¿Cómo puedes conocer verdaderamente a alguien si no tienes una relación cercana con esa persona? ¿Cómo entenderías las instrucciones o el propósito de algo si nunca lees el manual que lo explica? Así mismo, es imposible conocer a Dios —su carácter, su voluntad, su manera de actuar, y su plan para tu vida— sin acudir constantemente al manual que Él mismo nos dejó: la Biblia.

El propósito de Dios nunca ha sido que lo veas como un ser lejano, severo o inaccesible, cuya única intención es imponer reglas. Todo lo contrario: Dios desea que le veas como un Padre amoroso (2 Corintios 6:18), como un Amigo fiel (Juan 15:15), y que desarrolles con Él una relación íntima y continua. Él anhela que lo conozcas, aunque nunca podremos alcanzar la plenitud de su conocimiento sobre nosotros (Salmo 139:1-6), pues nos conoce desde antes de formarnos en el vientre.

La Palabra de Dios no es un texto obsoleto ni un simple registro histórico; es viva y eficaz (Hebreos 4:12), y en ella se revela quién es Dios. Fue inspirada por el mismo Espíritu Santo, quien guió a hombres para que plasmaran en ella la esencia de su carácter, su justicia, su amor, su misericordia y su fidelidad (2 Timoteo 3:16-17). Todo lo que necesitas saber sobre tu Creador está ahí, esperándote.

No tienes que buscar señales ocultas ni revelaciones místicas. Dios no quiere ser un misterio para ti ni para mí. Su mayor deseo es que lo conozcas, que te acerques, que entres con confianza al trono de la gracia, sabiendo que Él está disponible para recibirte (Hebreos 4:16).

Busca a Dios en su Palabra y descubrirás no solo quién es Él, sino también quién eres tú en Él. Porque más que obediencia, Él desea cercanía. Más que temor, Él quiere confianza.

Reflexiona:

1. ¿Qué tanto estoy conociendo a Dios o solo estoy oyendo de Él por otros?
2. ¿Estoy dedicando tiempo diario para leer su Palabra como quien busca conocer a un ser amado?
3. ¿He estado viendo a Dios como un juez lejano o como un Padre cercano y accesible?

Oración:

Señor, quiero conocerte más allá de lo superficial. Ayúdame a buscarte con un corazón sincero, a acercarme a tu Palabra con hambre de Ti, y a desarrollar una relación íntima contigo. Abre mis ojos para ver tu carácter reflejado en cada página y enséñame a vivir conforme a tu voluntad. Amén.