"El Manual del Creador: Vivir según el diseño de Dios"

Hoy en día, muchos viven conforme a lo que les parece correcto. Las ideologías modernas promueven una libertad sin límites, donde nada es absolutamente bueno ni malo, y donde las opiniones personales se convierten en la única autoridad. Se ha vuelto común escuchar frases como: “haz lo que te haga feliz”, “sigue tu verdad” o “nadie tiene derecho a decirte cómo vivir”. Sin embargo, esta forma de pensar ignora una verdad eterna: Dios dejó normas claras para guiarnos, no para limitarnos, sino para que podamos vivir plenamente.

Así como ningún artefacto funciona bien sin seguir el manual de instrucciones del fabricante, la vida humana tampoco puede vivirse correctamente sin seguir el manual que Dios nos dejó: la Biblia. De no hacerlo, somos expuestos a errores, sufrimiento innecesario e incluso a autodestrucción. El Salmo 119:105 RVR1960 nos recuerda: “Lámpara es a mis pies tu palabra, y lumbrera a mi camino".

Los mandamientos que Dios estableció no son una carga, sino una guía hacia una vida llena de propósito, paz y relaciones sanas. Jesús resumió la ley en dos grandes mandamientos: “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón… a tu prójimo como a ti mismo” (Mateo 22:37-39 RVR1960). Mandatos como no matarás, no robarás, no codiciarás, no darás falso testimonio, son principios universales que, si fueran vividos por todos, transformarían el mundo.

Todo lo que necesitamos saber sobre cómo vivir con rectitud, respeto y amor lo podemos encontrar en la Palabra de Dios. Ella nos muestra no solo lo que está bien o mal, sino el corazón de Aquel que nos creó y sabe lo que realmente necesitamos. “Toda la Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para redargüir, para corregir y para instruir en justicia” (2 Timoteo 3:16 RVR1960).

La Biblia no es un libro anticuado; es una brújula viva que apunta siempre hacia la dirección correcta. Y Dios, como buen Padre, desea que vivamos en amor, integridad y comunión los unos con los otros, porque solo así experimentamos la vida en su plenitud. “El ladrón no viene, sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia” (Juan 10:10 RVR1960).

Reflexiona:

1. ¿Estoy viviendo según lo que me conviene o según lo que Dios ha establecido en Su Palabra?
2. ¿Qué tanto conozco el “manual” que Dios dejó para mi vida?
3. ¿Qué cambio necesito hacer hoy para alinear mis decisiones con la voluntad de Dios?

Oración:

Señor, reconozco que muchas veces he seguido mi propio criterio, ignorando las instrucciones que me dejaste por amor. Perdóname por vivir según mis emociones o lo que dicta la sociedad. Ayúdame a volver a Tu Palabra, a conocerla, amarla y vivirla. Que Tu verdad sea mi guía diaria y que en todo lo que haga, te honre a Ti. Amén.