¿Qué Nos Pasó En El Edén?- Psicología De La CaídaMuestra

UNA SOLA CARNE
Adán ya no estaba solo. Su situación había mejorado notablemente. Una vez creados ambos, y esto lo sabemos por el primer relato, Dios declara que aquello era «bueno en gran manera».
El siguiente evento es pasar de ser una mujer (en aquel momento, la mujer, ya que era la única) a ser su mujer, en una clara mención al primer matrimonio, tal y como él era su marido.
Esa unión debía quedar bien definida. Allí no había aún padre o madre a quien dejar, pero lo habría en sucesivas generaciones, y el objeto de tal unión sería desarrollarse diferenciados del resto, como uno solo, que es lo que son en realidad:
- una sola carne,
- hechos de una misma «pasta»,
- para funcionar en bloque,
- pero con dos expresiones, una masculina que tiene la imagen de semejanza de Dios, y otra femenina que también la porta. Brillante.
Sin duda es un misterio, pero eso no lo hace menos real. Solo nos cuesta más comprenderlo, y también las relaciones entre ellos.
En ese punto de la historia ambos, desnudos como estaban, no se avergonzaban. No había nada que mermase o torciese lo que en el Edén se respiraba, que vemos recreado, al menos en parte, en el gozo de los esposos en el Cantar de los Cantares. Un entorno de aromas y frutos, colores y texturas, intimidad y compromiso, deseo y compañerismo que van más allá de un erotismo barato. Lo que en el Edén había era diseño de Dios por doquier, y eso no interesa solo a los casados. Lo que aquello traía era bueno en gran manera, colmando a cada ser conforme a las riquezas de la abundancia del Creador, al que podemos conocer en una parte de su carácter a través de ese Paraíso y creación suyos.
Tan excelsa es la vivencia en ese sentido, que es empleada para evocar la relación del gozo que significará la unión de Cristo con su esposa, la iglesia, a la que cuida y protege entregándose por ella. La llama, por otro lado, a no ir «por libre» y no reproducir lo sucedido en el Edén, porque aquello lo torció todo.
El problema de la mujer no fue solo desmarcarse de su marido, con el que hacía un único equipo. El fracaso de ambos estuvo, como veremos, en escoger la voz equivocada y desentenderse de Aquel sin el cual nada podemos hacer.
Acerca de este Plan

Lo sucedido en el Edén nos ha marcado como especie. Del disfrute absoluto en compañía del Creador al cataclismo total con consecuencias de muerte que aún sufrimos y se heredan… hasta que Él venga. Los principios destilados de la Creación son fundacionales para comprender mucho del carácter y la mente de Dios. Al mirar al primer hombre y la primera mujer, por otro lado, podemos entendernos un poco mejor a cada uno de nosotros. Como psicóloga además de cristiana, me parece apasionante, así que te animo a acompañarme de vuelta al Edén para reflexionar sobre qué pasó con nosotros allí.
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Nos gustaría agradecer a Lidia Martín por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: linktr.ee/LIDIAMARTINPSICOLOGA









