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ORACIONES CON SALMOS.

Los salmos son el corazón de la Biblia y hay recursos de todo tipo. Los salmos nos reflejan muchos sentimientos y situaciones de la vida. El salmista David escribía salmos regocijándose de la grandeza y presencia de Dios, pidiendo protección, dando gracias, rogando, pidiendo misericordia, confesando, cuando se sentía turbado… Un sinfín de estilos.

¿Por qué orar recitando salmos? Son preciosos y a Dios le llega al corazón recitar salmos en la oración.

Pongamos, por ejemplo, que te sientes sólo, desprotegido. Veamos qué dice Salmos 5:12:

“Porque tú, oh Jehová, bendecirás al justo; Como con un escudo lo rodearás de tu favor” (RVR1960).

O, quizás, veamos qué nos dice Salmos 17:6-7:

“Yo te he invocado, por cuanto tú me oirás, oh Dios; Inclina a mí tu oído, escucha mi palabra. Muestra tus maravillosas misericordias, tú que salvas a los que se refugian a tu diestra, De los que se levantan contra ellos” (RVR1960).

También hay posibilidad de alabarle con salmos como en Salmos 18:1-3:

“Te amo, oh Jehová, fortaleza mía. Jehová, roca mía y castillo mío, y mi libertador; Dios mío, fortaleza mía, en él confiaré; Mi escudo, y la fuerza de mi salvación, mi alto refugio. Invocaré a Jehová, quien es digno de ser alabado, Y seré salvo de mis enemigos” (RVR1960).

Los salmos son dignos de aprender y recitar para adorar a Dios y agradecer, para exaltar Su nombre y bendecirle con unas bonitas palabras a quien por gracia nos salvó y nos ama.

Además, la Palabra nos insta a cantar salmos a Jehová: “Cantad salmos a Jehová, porque ha hecho cosas magníficas; sea sabido esto por toda la tierra” (Isaías 12:5 RVR1960).

Alabado sea el Señor por los siglos de los siglos, amén.

ORACIÓN.

Bendito seas Padre, gracias por tener la oportunidad de alabarte a base de salmos y cánticos, porque bueno es alabarte, oh Jehová, y cantar salmos a tu nombre, oh Altísimo. Es un orgullo pertenecerte Dios mío, te alabaré con todo mi corazón porque Tú eres mi pastor y nada me faltará.

Perdona mis pecados, Señor, porque te amo Dios mío y una cosa he demandado a Jehová, esta buscaré; que esté yo en la casa de Jehová todos los días de mi vida, para contemplar la hermosura de Jehová, y para inquirir en su templo. Deseo acercarme a ti y deleitarme en tu presencia.

Oye la voz de mis ruegos cuando clamo a ti, Señor, y examíname, oh Dios, y conoce mi corazón; pruébame y conoce mis pensamientos, guíame.

Alabado seas por los siglos de los siglos, amén y amén.