Oraciones poderosasMuestra

PLAN DE SALVACIÓN.

Existe una oración que es primordial, esperanzadora, SALVADORA. Es el plan de salvación: una oración que permite a una persona abrir su corazón a Cristo. ¿En qué consiste?

Es una oración que se hace conjunta con el converso en cuestión, en el que se le pone en su boca confesiones de que Cristo es su señor y salvador: “Esta es la palabra de fe que predicamos: que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo” (Romanos 10:8-9 RVR1960). Por supuesto, hay más Palabra que corrobora esto: “Todo aquel que confiese que Jesús es el Hijo de Dios, Dios permanece en él, y él en Dios” (1 Juan 4:15 RVR1960); “Ellos dijeron: Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo, tú y tu casa” (Hechos 16:31 RVR1960).

Se trata de hacerle decir esas palabras (después pondré un pequeño ejemplo) para confesar con la boca a Cristo y, con amor, darle pautas y orar para que el Señor haga la obra.

A mí, en particular, el plan de salvación me lo hizo mi suegra cristiana (yo era ateo, no nací en el evangelio), y fue la mejor decisión de toda mi vida y siempre le estaré agradecido de hacerme dar el paso de repetir esas palabras tan amorosas y tan reconfortantes.

Esta oración puede salvar almas, puede dar espíritu de vida, puede ser el inicio de esperanza de una persona perdida en el mundo con todas las dificultades que da el mundo.

Hagamos esta oración para la gloria de Dios y para ayudar a personas a encontrar el camino que es: JESÚS.

Bendito sea Jesús por los siglos de los siglos, amén.

ORACIÓN.

(Ejemplo con una persona que quiere convertirse)

Bendito Padre, esta oración es especial y se trata de un hermano que quiere convertirse en hermano de la fe, una persona arrepentida y con anhelo de conocerte, Señor, y darte la gloria y la honra.

Repite conmigo (le indicas a la persona en cuestión): Señor, tengo anhelo de conocerte, confieso con la boca que Jesús es mi Señor y Salvador, pues con la boca se confiesa para salvación, y creo de corazón que Dios lo resucitó al tercer día, pues con el corazón se cree para justicia. Te entrego mi corazón y dejo mi vida en Tus manos, Cristo. Bendito seas, Señor, por los siglos de los siglos, amén y amén.