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JOEL 3

3
V. EL JUICIO DE LAS NACIONES (3.1-16)
1“Cuando llegue ese momento –dice el Señor–,
haré que cambie la suerte de Judá y Jerusalén.
2Reuniré a todas las naciones,
las llevaré al valle de Josafat#3.2 En hebreo, Josafat significa El Señor juzga. En el v. 14, este valle recibe el nombre de valle de la Decisión. Se ha identificado tradicionalmente con el valle de Cedrón, aunque es más probable que el profeta haya querido usar un nombre simbólico, sin referirse a un lugar determinado.
y allí las juzgaré por lo que hicieron con mi pueblo Israel,
pues dispersaron a los israelitas#3.2 Israelitas: Este nombre se refiere aquí a todo el pueblo de Dios, que comprendía a los antiguos reinos del norte (Israel) y del sur (Judá). Cf. 1 R 12.1-24. por todo el mundo
y se repartieron mi país.#3.2 Acerca del juicio general a las naciones, cf. Is 66.16; Jer 25.31; Sof 3.8; Mt 25.31-46.
3Se repartieron mi pueblo echándolo a suertes,
vendieron los niños y las niñas,
y luego se gastaron el dinero
en vino y prostitutas.
Juicio del Señor contra las naciones
4“¿Qué queréis de mí, Tiro, Sidón#3.4 Tiro y Sidón: Véanse Jos 11.8 n.; 1 R 5.1 n. e Índice de mapas. y Filistea?#3.4 Filistea: Véanse Jos 13.3 nota c e Índice de mapas. ¿Queréis vengaros de mí? ¿Queréis cobraros algo? ¡Pues muy pronto os daré vuestro merecido! 5Vosotras robasteis mi plata y mi oro, y os llevasteis mis tesoros a vuestros templos. 6Os llevasteis lejos a la gente de Judá, a los habitantes de Jerusalén, y los vendisteis como esclavos a los griegos.#3.6 Griegos: lit. habitantes de Javán. Estas poblaciones griegas habían ocupado la costa occidental de Asia Menor y algunas islas del mar Egeo (cf. Gn 10.2-4). 7Pero yo voy a sacarlos del lugar donde los vendisteis, y a vosotros os haré sufrir la misma suerte. 8Venderé vuestros hijos e hijas a los judíos, para que ellos los vendan a los sabeos,#3.8 Los sabeos, o habitantes de Sabá (al sudoeste de Arabia) eran proveedores de incienso, especias, oro y piedras preciosas. Cf. 1 R 10.1-2; Job 6.19; Is 60.6; Jer 6.20; Ez 27.22-23. gente de tierras lejanas. Yo, el Señor, lo he dicho.”
9Anunciad esto a las naciones:#3.9 El fin de los tiempos se describe a veces como una gran batalla, en la que el Señor triunfará sobre las fuerzas del mal y hará prevalecer la justicia (cf. Ez 39.1-10). Varios textos extrabíblicos pertenecientes al género apocalíptico, como algunos de los descubiertos en Qumrán, a orillas del Mar Muerto, desarrollan ese tema con más amplitud.
¡Declarad la guerra santa!#3.9 ¡Declarad la guerra santa! Otra posible traducción: ¡Santificaos para la guerra! Esta expresión proviene de los tiempos antiguos, cuando los israelitas tuvieron que luchar por la causa del Señor (cf. 1 S 18.17; 25.28). Como se trataba de una acción sagrada, los combatientes debían prepararse con ritos especiales (1 S 7.6- 9), incluida la abstinencia sexual (1 S 21.5). En algunos casos, se llevaba el arca del pacto al lugar del combate (1 S 4.3-5), para que el Señor, como un guerrero (Ex 15.3), luchara a favor de su pueblo (Jos 10.14).
¡Llamad a los valientes!
¡Que vengan y avancen los guerreros!
10Que hagan espadas de sus azadones
y lanzas de sus hoces,#3.10 Que hagan... sus hoces: Cf., en sentido contrario, Is 2.4; Miq 4.3.
y que el débil diga: “¡Yo soy fuerte!”#3.10 “¡Yo soy fuerte!”: Zac 12.8.
11Todas vosotras, naciones vecinas,
¡daos prisa,#3.11 Daos prisa: traducción probable. Heb ayuden. venid a reuniros!
¡Que aun el pacífico se convierta en un guerrero!
12Prepárense las naciones
y acudan al valle de Josafat,
porque allí juzgará el Señor
a todas las naciones vecinas.
13Puesto que son tan malvados,
cortadlos como a trigo maduro,
porque ya es el tiempo de la cosecha;
aplastadlos como a uvas,
pues ya está todo listo para hacer el vino.
14Hay grandes multitudes en el valle de la Decisión,
porque ya está cerca el día del Señor.
15El sol y la luna se oscurecen
y las estrellas pierden su brillo.
16Cuando el Señor hace oir su voz de trueno
desde el monte Sión, en Jerusalén,
el cielo y la tierra se echan a temblar.
Pero el Señor es un refugio protector
para los israelitas, que son su pueblo.
VI. FUTURO GLORIOSO DE JUDÁ (3.17-21)
17“Vosotros reconoceréis que yo, el Señor vuestro Dios,
vivo en Sión, mi santo monte.
Jerusalén será una ciudad santa:
jamás volverán a conquistarla los extranjeros.
18Aquel día, el vino y la leche
correrán como agua por montes y colinas,
y los arroyos de Judá llevarán agua en abundancia.
De mi templo brotará un manantial
que regará el valle de Sitim.#3.18 El valle de Sitim: según algunos intérpretes es la continuación del valle de Cedrón, regado abundantemente por el manantial que brotará del templo (cf. Jn 18.1); otros lo sitúan en el país de Moab (cf. Nm 25.1; Jos 2.1). También podría tratarse de un símbolo de prosperidad y felicidad, ya que Sitim, en hebreo, puede significar acacias. El día del Señor no culminará con destrucción, sino con el triunfo de la justicia.
19Egipto quedará hecho ruinas,
y Edom,#3.19 Egipto y Edom eran enemigos tradicionales de Judá (cf. 1 R 14.25-26; Abd 1); véase Índice de mapas. convertido en un desierto;
porque atacaron a los habitantes de Judá
y en su país derramaron sangre inocente.
20-21Yo vengaré su muerte; no perdonaré al culpable.#3.20-21 Yo vengaré... al culpable: según versiones antiguas. Heb. oscuro.
Pero Judá y Jerusalén estarán siempre habitadas,
y yo, el Señor, viviré en el monte Sión.”#3.20-21 El monte Sión: Véase Sal 2.6 n. Cf. también Is 12.6; Zac 2.6-7.

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