RUT 4
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La redención a través del matrimonio
1Booz subió a la puerta de la ciudad#4:1 En las antiguas culturas semitas del Oriente, era costumbre que las ciudades tuvieran una gran puerta en su entrada, la cual funcionaba como espacio público de deliberación. Según la tradición, allí se reunían los hombres para tratar asuntos legales y sociales, incluyendo acuerdos matrimoniales y prácticas de levirato. El respaldo bíblico para esta tradición lo encontramos en Deuteronomio 25:7. y se sentó allí, esperando al familiar más cercano de Rut para redimirla. Cuando este pasó por allí, Booz le dijo: –¡Acércate, siéntate aquí, tenemos que hablar de algo importante! Él se acercó y se sentó.
2Booz llamó a diez hombres de entre los líderes de la ciudad y les pidió sentarse con ellos como testigos. Y ellos se sentaron.
3Entonces Booz dijo al familiar más cercano de Noemí: – Noemí ha regresado de Moab a Belén y está vendiendo la propiedad de nuestro pariente Elimelec. 4Quiero decirte que a ti te corresponde comprar la propiedad y cumplir con la redención familiar, porque legalmente eres el pariente más cercano. Pero, si decides no hacerlo, dímelo delante de estos líderes que están aquí como testigos, porque después de ti yo tengo ese derecho pues siguiente familiar más cercano para la redención y quiero comprar la propiedad. El familiar respondió: – Sí, quiero comprarla.
5Pero Booz aclaró: – Cuando adquieras la propiedad de la mano de Noemí, obligatoriamente tendrás que casarte y redimir a Rut, la mujer moabita, ya que ella es la viuda del hijo de Elimelec. De este modo, ella podrá tener un hijo que lleve el nombre de su fallecido esposo y así perpetuar su nombre y conservar la tierra para su familia.
6Entonces el familiar redentor respondió: – No puedo casarme con ella, porque podría perder mi propia herencia; mejor cásate tú con ella, cumple con el deber de redimirla, te cedo mis derechos ya que yo no puedo hacerlo.
7Había una costumbre en Israel#4:7 La costumbre a la que se refiere el versículo 7, era conocida como "la Ley del levirato” constituye una institución jurídica y social significativa en la antigua cultura israelita, reflejada explícitamente en el texto bíblico. Su formulación más clara aparece en Dt. 25:5–10, donde se establece que, si un hombre casado moría sin dejar descendencia, su hermano debía casarse con la viuda para suscitar descendencia al hermano fallecido. El término levirato, derivado del latín levir, significa "cuñado" y fue adoptado posteriormente para referirse a esta práctica. En hebreo, el levirato, o la obligación del hermano de casarse con la viuda de su hermano si este no tenía descendencia, se llama ייבום (yibum); el matrimonio por levirato también se conoce como halitzah en algunos contextos. El propósito central de esta ley era doble: por un lado, asegurar la continuidad del linaje familiar del difunto y por otro, proteger los derechos económicos y sociales de la viuda. En un contexto donde la herencia de tierras y el mantenimiento del nombre familiar tenían implicaciones profundas tanto religiosas como económicas, el levirato garantizaba que la memoria del difunto no se extinguiera y que sus propiedades permanecieran dentro del clan familiar. Según Deuteronomio, si el hermano sobreviviente se negaba a cumplir esta obligación, debía someterse a un acto público de vergüenza ante los ancianos de la ciudad, incluyendo el rito simbólico de que la viuda le quitara la sandalia y le escupiera, como señal de deshonra. Este ritual subrayaba el carácter comunitario de la obligación y la desaprobación social que recaía sobre quien desatendía el deber de preservar el nombre del hermano muerto. Aunque el levirato es una institución característica de la legislación mosaica, también se encuentran ejemplos narrativos de su práctica en otros libros bíblicos. Uno de los casos más ilustrativos es el relato de Judá y Tamar en Génesis 38, donde Tamar busca asegurar su derecho a progenie dentro de la familia de Judá, siguiendo principios similares al levirato, aunque de forma irregular. Otro ejemplo notable es aquí en el libro de Rut, donde la figura del "goel" (pariente redentor) cumple funciones análogas al cuñado levirático, aunque en un desarrollo posterior y más flexible de la práctica. Este rito deriva de la actividad comercial que un patriarca de familia hacía al entregar a su hija por una dote que se sellaba a través de entregar una sandalia al prometido, pues en el entendimiento israelita, se tomaba a los pies como símbolo de intimidad, la sandalia resguardaba y protegía esa intimidad. Por eso, cuando la viuda le quitaba la sandalia al pariente que la rechaza, este era deshonrado y era llamado “el sin sandalia”. sobre la redención y la compraventa de una propiedad, el que vendía o redimía se quitaba su calzado y lo entregaba al comprador y eso servía como un documento de adquisición; de esa manera la transacción quedaba válida públicamente.
8Dijo el familiar redentor: – Adquiere para ti el derecho de redención; se quitó la sandalia y la entregó a Booz.
9Entonces Booz dijo a los líderes y al pueblo de Israel: – Ustedes son testigos de que adquiero de la mano de Noemí todo lo que correspondía a Elimelec y a sus hijos Majlón y Quelión. 10También me caso con Rut, viuda de Majlón, y ahora será mi esposa, con el objetivo de perpetuar el nombre del fallecido junto a su heredad, para que su nombre no desaparezca de entre su familia ni de los registros del pueblo; y hago esta declaración pública en la puerta de esta ciudad, delante de todos ustedes como testigos.
11Entonces todo el pueblo, junto con los líderes que estaban en la puerta, respondió: –¡Somos testigos! ¡Que Jehová le conceda a esta mujer que llega a tu casa la bendición de tener muchos hijos, así como Raquel y Lea, de quienes descendió toda la casa de Israel! Y tú, Booz, prosperes en Efrata y que tengas gran reputación en Belén. 12Sea tu casa como la casa de nuestro antepasado Fares, el hijo de Judá y Tamar; que Jehová te otorgue descendencia por medio de esta joven.
La familia de Booz y Rut
13Booz se casó con Rut y se unió a ella; Jehová permitió que ella quedara embarazada y ellos tuvieran un hijo.
14Las mujeres le dijeron a Noemí: – ¡Bendito sea Jehová, que no te negó un redentor! Que el niño crezca y sea muy respetado en Israel, honrando así la memoria de su padre. 15Que este nieto sea tu consuelo de vida, y tu sustento en la vejez; pues tu nuera, que te ama, lo ha dado a luz; y ella es para ti mejor que siete hijos.
16Entonces Noemí tomó al niño en sus brazos y lo cuidó con todo cariño.
17Las vecinas lo llamaban “el niño de Noemí”; y le pusieron como nombre Obed. Él fue el padre de Isaí#4:17 יִשַׁי (Yishái) sustantivo masculino singular, nombre propio, traduce: Isaí o Jesé que significa regalo o riqueza. Su descendencia es considerada crucial en a la genealogía de Jesús, lo que se refleja en la expresión de Isaías 11:1 "Un retoño brotará del tronco de Jesé, y un vástago de sus raíces dará fruto”. Este texto se escribe en un contexto de esperanza nacional para Israel, es decir que, en su contexto original, este pasaje expresa la esperanza en un futuro rey justo de la casa de David. Posteriormente, dentro de la tradición cristiana, este “vástago” ha sido interpretado como una profecía mesiánica que encuentra su cumplimiento en Jesús. , que fue padre del rey David.
Genealogía de David
18Estos son los descendientes de Fares: Fares fue padre de Jezrón;
19Jezrón fue padre de Ram; Ram fue padre de Aminadab;
20Aminadab fue padre de Najsón; Najsón fue padre de Salmón;
21Salmón fue padre de Booz; Booz fue padre de Obed;
22Obed fue padre de Isaí; e Isaí fue padre de David.
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