SALMOS INTRODUCCIÓN GENERAL
INTRODUCCIÓN GENERAL
Ningún libro de la Biblia expresa con tanta fluidez el lenguaje de las emociones humanas como los Salmos. En ellos se describen todas las emociones, y Dios no las rechaza ni las reprime; al contrario, las redime. Cada salmo es una especie de encuentro, donde nuestro corazón se abre y se expone al corazón divino y el suyo se revela al nuestro. En ese encuentro, las emociones inmaduras y desbordadas de nuestra humanidad imperfecta son entregadas a las emociones terapéuticas y llenas de gracia, de un Dios fuerte y compasivo en el que hallamos descanso y sanidad. Los salmos hablan sobre emoción, corazón, devoción y adoración; muestran corazones heridos que no temen presentarse tal como son delante de Dios para encontrar la transformación a través de la oración.
Los 150 salmos fueron escritos a lo largo de aproximadamente mil años, desde la época de Moisés hasta el periodo de los profetas. Están organizados en cinco libros. Esta forma de agrupación, tal como la conocemos hoy, se consolidó después del cautiverio en Babilonia, con el propósito de que los salmos funcionaran como un himnario para el pueblo de Israel y guiaran su corazón hacia el corazón de Dios.
El libro de los Salmos es el corazón poético del Antiguo Testamento. Por esta razón, es uno de los textos más amados, leídos, citados y estudiados de la Escritura. No se trata solo de un libro de salmos, sino de una antología espiritual: un compendio de la experiencia humana en su relación con Dios; donde la poesía se convierte en resiliencia frente al dolor. Estos himnos, tienen la capacidad de transformar el lenguaje ordinario humano en un vehículo sagrado, demostrando que el arte no solo tiene un lugar en la fe, sino que es esencial para comprender a Dios.
Además de ser una escuela de oración, el libro de los Salmos es también un espejo del alma humana, donde el creyente no solo aprende a hablar con Dios y a vivir de manera honesta, sino que experimenta una terapia de llanto sincero, libre de máscaras. En ese proceso, desarrolla una esperanza firme en la certeza de ser escuchado por Dios, incluso en medio del silencio, la angustia y de los sentimientos negativos. En sus líneas se entrelazan dimensiones históricas, litúrgicas, proféticas, sapienciales y antropológicas, convirtiéndolo en una fuente inagotable de consuelo, enseñanza, esperanza y renovación espiritual.
La historia del pueblo de Dios, en sus diferentes etapas y momentos históricos, plasma de forma poética su fe mediante oraciones y cantos, como solo los Salmos permiten transmitir. Estos proveen una forma de expresar los sentimientos y emociones de alegría-contrición, veneración-aversión, victoria-derrota, amor-odio, bendición-maldición, estabilidad social-anarquía, afirmar-destruir. Esto indica que no son simples proclamas situacionales, sino una profunda expresión estética de la condición humana, canalizada a través de la lírica.
En consideración de todo lo expuesto, se presentan algunas claves que pueden orientar la lectura de la colección de los Salmos. En primer lugar, al tratarse de un género poético, deben ser leídos e interpretados como tal; cabe señalar, sin embargo, que este género no es uniforme en todo el texto: también deben tomarse en cuenta los subgéneros, los recursos literarios y los modos expresivos utilizados, ya que estos condicionan la comprensión del sentido original y contribuyen a una hermenéutica sólida y responsable.
En segundo lugar, desde una perspectiva literaria, la lectura de los Salmos debe considerar diversos elementos propios de la poesía hebrea. Entre ellos destacan los paralelismos —sinonímicos, antitéticos y sintéticos— como método de precisión y esclarecimiento del mensaje. También son fundamentales los recursos sonoros, como la aliteración (repetición de sonidos consonánticos para enfatizar ideas), las rimas y las onomatopeyas, que revelan matices expresivos intencionales. Asimismo, se emplean diversos recursos literarios, tales como repeticiones para subrayar conceptos clave, refranes o frases recurrentes, metáforas y composiciones alfabéticas, como los salmos acrósticos que siguen el orden de las letras hebreas.
En tercer lugar, desde una perspectiva teológica y siguiendo una cronología generalmente aceptada, los Salmos abarcan al menos tres períodos de composición: la época del esplendor monárquico, el exilio en Babilonia y el período postexílico. Estos momentos históricos son considerados fundacionales, ya que constituyen el Sitz im Leben o contexto vital que dio origen a la redacción de los Salmos. Del mismo modo, se identifican dos grandes tradiciones teológicas dentro del Salterio: la yahvista y la elohista, cada una con sus propias perspectivas e intenciones en relación con el texto.
Contexto histórico
Los tres períodos identificados comprenden, entonces, un lapso de al menos cinco siglos, entre los siglos X y V a. C., en la datación más ortodoxa. Sin embargo, algunos estudiosos sostienen que ciertos Salmos poseen un carácter tardío, extendiendo su período de composición hasta el siglo II a. C., en plena época de los Macabeos. Siendo este el período en el que se considera que fueron finalmente compilados y organizados en la forma en que se conocen en la actualidad. Esta amplitud cronológica diversifica aún más los posibles autores que pudieron intervenir en los procesos de redacción, compilación y edición final.
La figura prominente de David en estos escritos no es afectada, ya que si bien desde los primeros siglos, tanto cristianos como judíos ya reconocían que David compuso solamente algunos salmos y que hubo más escritores#1:0 Matthieu Collins, El libro de los Salmos (Pamplona: Verbo Divino, 1997), 3., muchas menciones son realmente en su honor, por lo que no es posible atribuirle autoría estricta. Junto a David, también figuran otros personajes como Asaf, músico de la corte real y sus hijos (1 Cr 6:24), los hijos de Coré, servidores en el Santuario durante el reinado de David (1 Cr 9:19); y otros como Hemán, Etán, Salomón y algunos autores no identificados, también figuran como responsables de la autoría de esta colección de poemas líricos.
Valiéndose de la innegable influencia de los pueblos vecinos, Israel compone sus poesías líricas con notable originalidad. Este rasgo, característico de la sensibilidad oriental, recurre a imágenes universales como rocas, montañas, guerreros, enemigos, agua, lodo, vinagre, reyes, trono, templo e imágenes cataclísmicas y mesiánicas de ese caminar con el Dios que acompaña a su pueblo en sus emociones y sentimientos ante su condición humana.
Ese es el propósito de esta colección de poemas líricos; los Salmos representan la experiencia tanto individual como colectiva, de los patriarcas y del pueblo en forma de oración, memoria y alabanza dentro de la gran historia de la salvación. La experiencia original de los compositores y de los primeros lectores es trascendida por la vivencia del lector contemporáneo, quien, en medio de condiciones tanto precarias como sublimes, encuentra en ellos una esperanza mesiánica, inmediata y consumada. Se trata de una esperanza terapéutica, que da lugar al desbordamiento de emociones y sentimientos.
Contexto literario
Los Salmos, también conocidos como el Salterio, constituyen un libro que compila 150 poemas con una finalidad litúrgica, teológica y espiritual. Estos fueron escritos en diversas etapas de la historia de Israel y, posteriormente, fueron agrupados como una colección#1:0 Valmor Da Silva, “Los salmos como Literatura”, RIBLA, no 45 Los Salmos (febrero, 2003): 10.. Aunque se trata de una antología destacada de oraciones y alabanzas, no es la única colección de este tipo en la Biblia, ya que se encuentran más de 150 oraciones fuera de los salmos, como la bendición que Isaac le da a Jacob en Génesis 27:25-34#1:0 Da Silva, “Los salmos como literatura”, 10., el cántico de Ana en 1 de Samuel 2:1-10, el cántico de Moisés en Deuteronomio 32:1-43, entre muchas otras. Esto evidencia que la oración es una constante que se presenta en toda la narrativa bíblica y está profundamente entretejida con la vida del pueblo de Dios.
Por su parte, salterio es un término que tiene su origen en el griego ψαλτήριον (psaltérion), que hace alusión a un instrumento de ocho cuerdas, similar al arpa, utilizado para acompañar los cánticos religiosos. Con el tiempo esta palabra pasó a identificar la colección de los cantos de Israel#1:0 Ibíd, 10.. Asimismo, el término griego ψαλμός (psalmós) originalmente hacía referencia al sonido del instrumento que acompañaba los cánticos#1:0 Ibíd, 10.. En hebreo, el término más utilizado es מִזְמוֹר (mizmor) que significa canto acompañado de instrumentos y aparece en 57 títulos de los salmos#1:0 Ibíd, 10.. En la tradición judía, la colección de estos poemas se conoce como תְּהִלִּים (Tehillim), que se traduce como alabanzas, y enfatiza el propósito principal de los Salmos: la adoración. Es también el primer libro de la tercera sección de la Biblia hebrea denominada Ketuvim o Escritos#1:0 Hilari Raguer, Para comprender y vivir los salmos (Navarra: Verbo divino, 2010), 13.. Otros términos relacionados y empleados en este libro son שִׁיר (shir) que traduce canto, מָשְׂכִּיל (maskil) cuyo significado es poema de enseñanza y תְּפִלָּה (tefillah) que significa oración#1:0 Valmor Da Silva, “Los salmos como Literatura”, RIBLA, no 45 Los Salmos (febrero, 2003): 10..
Desde una perspectiva literaria, los Salmos deben ser comprendidos como poesía lírica de profunda carga simbólica, compuesta para expresar con emociones la relación entre el ser humano con lo divino. Estos poemas fusionan teología y poesía, empleando un lenguaje figurado, lleno de metáforas e imágenes culturales del contexto hebreo. Entre las metáforas más destacadas se encuentran aquellas que describen a Dios como roca, pastor, escudo o luz, expresiones que deben interpretarse dentro del marco simbólico de su tiempo#1:0 Ibíd, 11..
Los Salmos usan estructuras y características lingüísticas de la poesía hebrea; el paralelismo es el recurso más frecuente y usado, en el cual se presentan dos ideas de manera paralela#1:0 Ibíd, 13.. Esta poesía emplea la rima de ideas más que de sonidos y se clasifica en varios tipos#1:0 Ibíd, 13-14.:
● Paralelismo sinónimo, el cual repite el mismo pensamiento con diferentes palabras (1:5);
● Paralelismo antitético, que contrapone ideas opuestas (1:3);
● Paralelismo sintético, que amplía o desarrolla la primera línea (1:2);
● Paralelismo climático (29:1);
● Paralelismo emblemático (103:12);
● Paralelismo quiástico, una estructura en forma de cruz o espejo (1:6).
Este uso del paralelismo permite una mayor riqueza expresiva y una cadencia meditativa propia de los cantos litúrgicos.
Además, los Salmos contienen numerosos elementos propios de la cultura oriental, como el pastoreo, la unción, rituales y prácticas del templo, que pueden ser ajenas para un lector occidental. Por lo que es necesario contextualizarlos para comprender el trasfondo espiritual y simbólico de los poemas. Por ejemplo, en el Salmo 51 se menciona la purificación con hisopo, una planta usada en los rituales de limpieza del Antiguo Testamento.#1:0 Ibíd, 11.
Respecto a los géneros literarios del libro de los salmos, una de las clasificaciones más aceptadas es la que propone el exégeta Hermann Gunkel, quien los organizó de acuerdo con la forma, contenido y contexto#1:0 Ibíd, 15.. Teniendo en cuenta la postura de Gunkel y otros estudios, los géneros se pueden clasificar de la siguiente manera#1:0 Ibíd, 15-21.:
● Los himnos: Alabanza a Dios por su poder en la creación y la historia. Ejemplo: Salmos (8) y (104).
● Los salmos de realeza: Proclamar a Jehová como rey soberano. Ejemplo: Salmos (93) y (97).
● Los cánticos de Sión: Exaltación de Jerusalén, también considerado un salmo real. Ejemplo: Salmos (46) y (122).
Salmos individuales:
- Súplicas en momentos de angustia. Ejemplo: Salmo (22).
- Acciones de gracias. Ejemplo: Salmo (30).
- Cantos de confianza. Ejemplo: Salmo (23).
● Salmos colectivos: Oraciones comunitarias.
- Súplica. Ejemplo: Salmo (44).
- Gratitud. Ejemplo: Salmo (66).
● Salmos reales: Reflejan el contexto de la monarquía. Ejemplo: Salmos (2), (72), (110).
● Salmos didácticos o sapienciales: Enseñanzas morales y reflexiones sobre la ley. Ejemplo: Salmos (1) y (119).
● Salmos litúrgicos: Usados en ceremonias religiosas. Ejemplo: Salmos (15) y (24).
● Salmos históricos: Recuerdan los actos de Dios a lo largo de la historia de Israel. Ejemplo: Salmos (78) y (106).
● Salmos proféticos: Denuncian la injusticia social. Ejemplo: Salmos (50) y (95).
Por otro lado, la colección ha sido organizada editorialmente en cinco libros (Salmos 1–41; 42–72; 73–89; 90–106; 107–150), identificadas por doxologías finales similares que parecen añadidas para marcar el cierre, como: “Bendito sea el Señor... Amén y amén”#1:0 Proyecto Biblia, “Resumen del libro de Salmos”, 6 de noviembre de 2018, cortometraje.. Esta división podría imitar los cinco libros del Pentateuco, sugiriendo una nueva “Torá poética” que instruye no mediante preceptos, sino mediante la alabanza, la oración y la meditación#1:0 Proyecto Biblia, “Resumen del libro de Salmos”.. Además, los salmos 146 - 150 son considerados como un final del salterio marcado por el “Aleluya” que los caracteriza#1:0 Ibíd..
Sometido a las conclusiones de la exégesis bíblica, en el texto se admite “al menos dos modos de división”, pero solo uno de esos modos es realmente desarrollado: el que se basa en la crítica de las tradiciones, es decir, el análisis de las tradiciones teológicas (yahvista, elohista, sacerdotal) que influenciaron las distintas cinco secciones del Salterio. Desde la crítica de las tradiciones, se observa en la primera sección (Salmos 1– 41) una marcada influencia yahvista, aunque los capítulos 1 y 2 son generalmente considerados una introducción al conjunto del libro. La segunda sección (Salmos 42–72) se caracteriza por una predominancia elohista, atribuida a una redacción final con esa orientación teológica. La tercera sección (Salmos 73–89) es tradicionalmente atribuida a Asaf y mantiene un tono elohista, aunque los salmos 84–89 presentan rasgos yahvistas. La cuarta sección (Salmos 90–106) combina composiciones tanto yahvistas como elohistas. Finalmente, la quinta sección (Salmos 107–150) es comprendida como predominantemente yahvista. Sin embargo, el entrecruzamiento y la falta de uniformidad entre tradiciones dentro del texto indican la imposibilidad de clausurar la división del libro en una forma final, compilación que ha sido atribuida a la tradición sacerdotal.
Una metodología anterior a la división en cinco libros es la agrupación de los 150 Salmos en tres bloques de 50. Esta organización — tres veces cincuenta— tiene un valor simbólico en la cosmovisión judía: el número 50 (resultado de 7 × 7 + 1) representa plenitud y culminación, mientras que el número 3, primer número impar, se asocia tradicionalmente con Dios y la perfección divina.
Algunos estudiosos han sugerido que esta estructura simbólica influyó en la decisión de fijar el número total de 150 salmos durante la etapa final de redacción del Salterio. En este proceso, algunos salmos habrían sido duplicados, mientras que otros quedaron fuera de la colección canónica.
En conclusión, los Salmos integran la dimensión teológica con una forma poética de notable profundidad. Su estudio exige una aproximación interdisciplinaria, que considere tanto los recursos literarios como el contexto cultural hebreo, además de su función litúrgica y espiritual. Comprender su lenguaje simbólico y su estructura poética es clave para acceder a la riqueza de su mensaje, el cual continúa siendo una fuente de consuelo, adoración y reflexión para creyentes de todas las épocas.
Teología del libro
El libro de los Salmos representa una de las manifestaciones más profundas y significativas de la espiritualidad en la Biblia. Su contenido teológico se presenta como una reflexión cuidadosamente estructurada, que integra elementos como la oración, la alabanza, el lamento, la esperanza y la lealtad a Dios. Esta recopilación de 150 poemas escritos en hebreo expresa, de manera íntima y poética, la vida espiritual del pueblo creyente. Aunque una gran parte de los salmos se atribuyen al rey David, también se incluyen composiciones de otros autores, como Asaf, los hijos de Coré, Salomón, Moisés y varios autores anónimos#1:0 Ibíd., lo que destaca su dimensión colectiva y su transmisión a lo largo de generaciones.
Los dos primeros salmos cumplen una función introductoria. El Salmo 1 ensalza al hombre justo que se deleita en la ley de Dios, mientras que el Salmo 2 anuncia la esperanza en el futuro Mesías. Estos dos textos iniciales marcan las líneas centrales del libro: la obediencia a la Palabra divina y la confianza en el gobierno del Ungido. A lo largo de sus cinco secciones, el libro desarrolla estos temas de manera gradual, guiando al lector por un camino espiritual que parte del dolor del exilio y culmina en la esperanza renovada del Reino de Dios.#1:0 Ibíd.
En cuanto a su contenido, los Salmos abarcan toda la gama de vivencias humanas y pueden agruparse, de manera general, en dos grandes tipos: salmos de lamento y salmos de alabanza. Los primeros expresan el dolor, la injusticia y el anhelo de redención; los segundos exaltan la fidelidad de Dios y sus acciones liberadoras. Esta transición del lamento hacia la alabanza, que se observa en la organización del libro, enseña que una oración genuina surge tanto de la aflicción como de la esperanza y que la fe, según la Biblia, tiene el poder de transformar el sufrimiento con la perspectiva del Reino prometido.#1:0 Ibíd.
En resumen, la teología del libro de los Salmos gira en torno a cinco ejes fundamentales: (1) fidelidad a la Torá, (2) esperanza en el Rey Mesías, (3) oración como respuesta a la realidad del mundo, (4) lamento como expresión legítima de fe y (5) alabanza como clímax de confianza en Dios. Esta obra poética invita al lector a vivir en la tensión entre el “ya” y el “todavía no”, confiando en la fidelidad divina mientras caminamos hacia la plenitud del Reino de Dios.
Bosquejo teológico#1:0 Kidner, Derek. Vol. 15, Psalms 1–72: An Introduction And Commentary. Tyndale Old Testament Commentaries. Downers Grove, IL: InterVarsity Press, 1973.#1:0 Kidner, Derek. Vol. 16, Psalms 73–150: An Introduction And Commentary. Tyndale Old Testament Commentaries. Downers Grove, IL: InterVarsity Press, 1975.
Libro 1: Salmos 1-41
Salmo 1. Los dos caminos
Salmo 2. El Señor y su ungido
Salmo 3. La hora sombría
Salmo 4. ¡Paz! ¡Calma!
Salmo 5. Amanecer nublado
Salmo 6. Oraciones y lágrimas
Salmo 7. Plegaria pidiendo justicia
Salmo 8. Corona de creación
Salmo 9. Dios: Juez y rey
Salmo 10. Hombre: Depredador y presa
Salmo 11. Pánico y estabilidad
Salmo 12. Discursos sencillos que reconfortan a hombres crueles
Salmo 13. De la desolación al deleite
Salmo 14. La estirpe de la serpiente
Salmo 15. Un hombre tras el corazón de Dios
Salmo 16. Todo mi deleite
Salmo 17. Súplica en busca de justicia
Salmo 18. Un rey guerrero recuerda
Salmo 19. Los cielos, las Escrituras
Salmo 20. El día del conflicto
Salmo 21. El día de la alegría
Salmo 22. El salmo de la cruz
Salmo 23. Pastor y amigo
Salmo 24. Rey de gloria
Salmo 25. Alfabeto de súplica
Salmo 26. Pura devoción
Salmo 27. Mi luz y mi salvación
Salmo 28. El suplicante recibe respuesta
Salmo 29. Rey sobre la tormenta
Salmo 30. Del duelo al baile
Salmo 31. Tensión
Salmo 32. Gozo del perdón
Salmo 33. Hacedor y monarca
Salmo 34. ¡Gracias a Dios!
Salmo 35. Señor, ¿cuánto tiempo?
Salmo 36. Donde abundó el pecado
Salmo 37. Espera pacientemente por Él
Salmo 38. El paria Salmo 39. Sin morada fija
Salmo 40. Alegres noticias de liberación
Salmo 41. Cuando un hombre cae
Libro II: Salmos 42-72
Salmo 42. Lejos de casa (I)
Salmo 43. Lejos de casa (II)
Salmo 44. Derrota nacional
Salmo 45. Boda real
Salmo 46. Una ciudad impasible
Salmo 47. El grito de un rey
Salmo 48. Ciudad de Dios
Salmo 49. La gloria vacía de este mundo
Salmo 50. El juez rompe el silencio
Salmo 51. Más blanco que la nieve
Salmo 52. El alborotador
Salmo 53. La estirpe de la serpiente
Salmo 54. Mi ayudante
Salmo 55. Traicionado
Salmo 56. ¿Qué puede hacerme el hombre?
Salmo 57. Salvado para cantar
Salmo 58. Tiranos a juicio
Salmo 59. Dispersa a nuestros enemigos
Salmo 60. ¡Vana es la ayuda del hombre!
Salmo 61. La roca que es más alta que yo
Salmo 62. Toda mi esperanza
Salmo 63. Todo mi anhelo
Salmo 64. Medida por medida
Salmo 65. Este Dios generoso
Salmo 66. Dios de todos – de muchos – de uno
Salmo 67. El círculo que se extiende
Salmo 68. Majestad en lo alto
Salmo 69. Persecución
Salmo 70. ¡Date prisa, Señor!
Salmo 71. Salmo para la ancianidad
Salmo 72. El rey perfecto
Libro III: Salmos 73-89
Salmo 73. Incomparable
Salmo 74. Caos
Salmo 75. Alimentador supremo
Salmo 76. León de Judá
Salmo 77. Meditaciones en dos estados de ánimo
Salmo 78. Para que no olvidemos
Salmo 79. Ultraje
Salmo 80. ¡Regresa, Señor y conviértenos!
Salmo 81. Llamada de trompeta
Salmo 82. El Dios en juicio
Salmo 83. Rodeado
Salmo 84. Atracción por la casa
Salmo 85. Avivamiento
Salmo 86. En el día de mi aflicción
Salmo 87. Se dicen de ti cosas gloriosas
Salmo 88. Se agudiza la oscuridad
Salmo 89. ¿Misericordia segura de David?
Libro IV: Salmos 90-106
Salmo 90. Oh Dios, nuestra ayuda
Salmo 91. Bajo sus alas
Salmo 92. Los que esperan en el Señor…
Salmo 93. El trono por encima del tumulto
Salmo 94. Un Dios que castiga
Salmo 95. La manera de alabar
Salmo 96. Rey del mundo
Salmo 97. Formidable majestad
Salmo 98. Rey y salvador
Salmo 99. ¡Él es santo!
Salmo 100. En sus cortes
Salmo 101. Una resolución real
Salmo 102. Mis días y tus años
Salmo 103. Tan grande es su amor
Salmo 104. ¡Qué variadas son tus obras!
Salmo 105. Nada ha fallado
Salmo 106. No se aprendió lección alguna
Libro V: Salmos 107-150
Salmo 107. Dios al rescate
Salmo 108. Actuaremos con valentía
Salmo 109. El asesino del carácter
Salmo 110. El Señor de David
Salmo 111. Dios actuando
Salmo 112. Santidad en la obra
Salmo 113. Nada es demasiado grande para Él, nadie es demasiado pequeño
Salmo 114. El éxodo prodigioso
Salmo 115. ¡No a nosotros!
Salmo 116. ¿Cómo puedo pagarle?
Salmo 117. Todas las naciones
Salmo 118. ¡Hosanna!
Salmo 119. La joya rica y preciosa de la Palabra
Salmo 120. El forastero
Salmo 121. Levanté mis ojos
Salmo 122. Ciudad amada
Salmo 123. Nuestros ojos suplicantes
Salmo 124. Cuando fracasó el ejército terrenal
Salmo 125. Guardián de la verdad
Salmo 126. ¡Fue como un sueño!
Salmo 127. ¿En vano?
Salmo 128. Paz
Salmo 129. Sión perseguida
Salmo 130. Fuera de las profundidades
Salmo 131. El espíritu infantil
Salmo 132. El arca sube a Sión
Salmo 133. Rica concordia
Salmo 134. Alabanza incesante
Salmo 135. Antología de la alabanza
Salmo 136. Su amor no tiene fin
Salmo 137. Por las aguas de Babilonia
Salmo 138. Bondad más allá de toda medida
Salmo 139. Demasiado maravilloso para mí
Salmo 140. Veneno
Salmo 141. Sin compromiso
Salmo 142. Acorralado
Salmo 143. Mi espíritu fracasa
Salmo 144. Una canción real
Salmo 145. Alfabeto de alabanza
Salmo 146. Alabaré a mi hacedor
Salmo 147. Eleva tus ojos a lo alto
Salmo 148. Coro de creación
Salmo 149. Celebración de la victoria
Salmo 150. ¡Aleluya!
La teología de los Salmos es vasta, pero algunos temas dominantes incluyen:
● La soberanía de Dios: Jehová reina sobre toda la tierra y la historia.
● La fidelidad de Dios al pacto: Se reafirma la relación entre Dios e Israel a pesar del sufrimiento y el pecado.
● La esperanza mesiánica: Los salmos reales y ciertos lamentos contienen vislumbres proféticos del Mesías.
● La centralidad del templo y la adoración: Reflejan el corazón del culto israelita.
● La honestidad en la oración: Se permite y legitima la expresión de dolor, duda y queja ante Dios.
Bosquejo según la Traducción Contemporánea de la Biblia (TCB)
Libro 1: Salmos 1-41
El camino para ser plenamente felices (1:1-6)
El reino del Mesías de Jehová (2:1-12)
Oración de clamor y confianza en Dios (3:1-8)
Confianza absoluta en Dios en la angustia (4:1-8)
Clamor por la protección de Dios (5:1-12)
Oración en tiempo de angustia (6:1-10)
Clamor por la justicia de Dios (7:1-17)
La gloria de Dios y la dignidad humana (8:1-9)
El poder de la gratitud (9:1-20) - (10:1-18)
Refugio en la justicia de Dios (11:1-7)
Cómo lidiar con la falsedad (12:1-8)
La espera por Dios (13:1-6)
La maldad del ser humano (14:1-7)
Vivir en la presencia de Dios (15:1-5)
Seguridad en Dios (16:1-11)
Oración por liberación (17:1-15)
Canción de gratitud (18:1-50)
Revelación de Dios por medio de la creación y de la Palabra (19:1-14)
Oración de intercesión (20:1-9)
Un canto de victoria (21:1-13)
Alabanza en medio del dolor (22:1-31)
Jehová es mi pastor (23:1-6)
Rey del universo (24:1-10)
Oración por dirección y protección de Dios (25:1-22)
Oración de integridad (26:1-12)
No tendré miedo porque Jehová es mi salvación (27:1-14)
Jehová es la fuerza de su pueblo (28:1-9)
La voz de Jehová (29:1-11)
Alabanza a Dios por su bondad (30:1-12)
Jehová es mi refugio (31:1-24)
Plenamente feliz el que recibe perdón (32:1-11)
Alaben al Dios Creador (33:1-22)
Gratitud por la misericordia de Dios (34:1-22)
Oración por justicia (35:1-28)
El pecado del ser humano y el amor de Dios (36:1-12)
Los malvados y los justos (37:1-40)
Una oración sincera (38:1-22)
La vida es corta (39:1-13)
Me agrada hacer la voluntad del Señor (40:1-17) - (41:1-12)
Doxología final: Alabanza a Dios (41:13)
*La clasificación del tipo de salmos se encontrará en los subtítulos de cada capítulo.
Se sugiere que, a medida que se avance en la lectura de los Salmos, se preste especial atención a las notas al pie de página de la Traducción Contemporánea de la Biblia. Asimismo, se recomienda la práctica de escribir reflexiones personales inspiradas en los Salmos, transformando las emociones en oraciones. De este modo, cada Salmo se convierte en una oportunidad para una reflexión profunda, permitiendo abrir el corazón para recibir el poder sanador que emana del corazón de Dios.
Autoría:Jafet de León, Maira Alejandra Reyes Molina y Raúl Santiago Anchique Rojas.
Sobre la portada
Obra: Poesía en el dolor
Artista: Esteban Valentín
Medio: Acuarela.
Esta obra se encuentra basada en el Salmo 32:6, donde se expresa que debemos orar en los momentos más difíciles, confiando en que, aunque las aguas caudalosas nos rodeen, no nos ahogarán. En la obra artística se presentan varios elementos: el fuego, que simboliza las pruebas de la vida, y las llamas de color carmesí, que expresan el gozo en medio de la aflicción. También se recrea el Salmo 19: “Los cielos cuentan la gloria de Dios; y el firmamento anuncia la obra de sus manos”; en esta escena aparecen rosas, como símbolos de la creatividad divina, estrellas y el sol entre hojas, representando la productividad que permanece a pesar de las diferentes estaciones de la naturaleza, así como en nuestra vida, llena de desafíos y de cambios, pero con la certeza de que Dios convierte todo en poesía.
LIBRO 1
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