Jesús y los prejuicios: ¿del tipo “no, gracias”?

Muchas personas, al oír el nombre de "Jesús", sienten una especie de molestia refleja. Algo así como cuando alguien te ofrece un plato que no te atrae precisamente: "No, gracias". A menudo, no es tanto Jesús en sí lo que nos molesta, sino la imagen distorsionada que hemos recibido de él a lo largo del tiempo: una religión impuesta, experiencias negativas o simplemente una imagen rígida y desfasada.

Por eso, este plan bíblico comienza precisamente aquí: con los prejuicios.

El versículo de hoy nos habla de un diálogo entre dos hombres. Felipe conoció a Jesús y se entusiasmó con él. Pero Natanael, al oír que Jesús viene de Nazaret, reacciona con escepticismo. En aquel entonces, Nazaret no era precisamente sinónimo de prestigio. Su pregunta es conmovedora: "¿De allí puede salir algo bueno?". Es puro prejuicio, pero Felipe responde de la forma más cautivadora posible: "Venid y ved".

Así pues, esta es la invitación de este plan de lectura. No para convertirte, ni para cambiar de opinión en el acto, sino simplemente para observar, para ir más allá del filtro de opiniones, experiencias pasadas y clichés.

Lo cierto es que Jesús ha sido a menudo malinterpretado. Tanto en el pasado como en la actualidad. Acusado de revolucionario, luego de moralista, luego de gurú... pero la Biblia lo presenta como una persona profundamente diferente: accesible, auténtico, sorprendentemente humano.

Esta reflexión no pretende convencerte a la fuerza, sino que te invita, como lo hizo Felipe, a observar. Puede que Jesús no sea el tipo de persona que te imaginabas. Puede que sea mucho más interesante de lo que jamás te habían dicho.