Esperanza Que No DesesperaSample

Día 5 – Nuestra fuente de esperanza

Versículo clave:

“Pero los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán." (Isaías 40:31 RVR1960).

Esperar no es fácil. Muchas veces sentimos que esperar es perder tiempo, quedarnos quietos mientras todo alrededor se mueve. Pero la Biblia habla de una espera diferente: una espera que te renueva por dentro.

Isaías escribió estas palabras cuando el pueblo estaba cansado, desanimado y al borde de rendirse. La promesa de Dios fue clara:“Si me esperan a Mí, voy a darles nuevas fuerzas”. Esa esperanza no es pasiva: es confiar activamente en que Dios está obrando incluso cuando tú no ves nada.

Quizás llegaste a este día sintiéndote agotado. Tal vez todo lo que hablamos estos días te hizo darte cuenta de que hay luchas que no puedes pelear solo. La buena noticia es que la verdadera esperanza no está en ti ni en tu capacidad de aguantar:la verdadera esperanza tiene nombre, y es Jesús.

Él es nuestra fuente de esperanza. Es el que te levanta cuando caes, el que renueva tus fuerzas cuando ya no puedes, el que te da alas para volver a soñar. Cuando tu esperanza está en Cristo, no importa lo que venga: puedes seguir corriendo sin cansarte, porque ya no corres solo.

Oremos:
Señor Jesús, gracias porque tú eres mi fuente de esperanza. Tú me levantás cuando caigo y renuevas mis fuerzas cuando siento que ya no puedo más. Hoy elijo esperar en ti y confiar en tu poder para seguir adelante. En el nombre de Jesús, amén.

Estos cinco días fueron un recordatorio de que tu esperanza no depende de ti ni de lo que puedas controlar. Abraham, Jeremías, Pablo, Ezequiel y el mismo Isaías nos mostraron que Dios sigue siendo fiel en medio de lo imposible, la oscuridad, el cansancio y aún la muerte. Ahora el desafío sigue: cada día elige volver a la fuente, mira a Jesús y recuerda que en Él tu esperanza nunca se termina.

Dios te bendiga,

José Conde Kowal.